“Levántate y anda” es una frase muy simbólica, reservada solo para los hacedores de milagros. Para decirla, hace falta mucho conocimiento, paciencia y ternura, precisamente, los poderes de los rehabilitadores cubanos.
En cada una de las 586 Salas de Rehabilitación Integral de la Misión Médica Cubana en Venezuela, y desde hace 18 años, la milagrosa frase es cosa cotidiana. Más de 44 millones de pacientes han sentido en este tiempo las manos de un especialista antillano, incluso, en las selvas del Amazonas o en las remotas islas de Delta Amacuro.
Allí, buscan y encuentran bienestar.
El doctor Freddy Matos, asesor nacional de Salas de Rehabilitación Integral de la Misión Médica Cubana en Venezuela, confirma que en cada institución, el paciente dispone de 8 áreas de servicios.
“Tenemos la consulta médica especializada de Fisiatría, también Defectología y Logofoniatría, Terapia Ocupacional, Podología y Medicina Natural y Tradicional. También contamos con la sala de agentes físicos, con un arsenal terapéutico que incluye cama magnética, láser, corriente analgésica, calor infrarrojo y masaje. Además, tenemos gimnasio terapéutico para niños y adultos.”
Desde el año 2005, los rehabilitadores cubanos acompañan los esfuerzos de la Misión Barrio Adentro. Zulia, Miranda y Carabobo, por ese orden, constituyen los estados venezolanos de mayor número de Salas de Rehabilitación. En ellas se viven historias de pacientes recuperados, de aprendizaje para los futuros profesionales morochos y de esa íntima relación que solo logra lo que aquí llaman “la forma cubana de rehabilitar”.
“En Cuba, el rehabilitador está ligado directamente al paciente, con un trato diferente en su forma de actuar. Eso crea una gran empatía con la población, que en el caso de Venezuela, siempre ha sido muy agradecida. Por eso, nuestro servicio aquí tiene alta demanda, además del buen trato que siempre se brinda.”
Paciencia, ternura y conocimiento: 3 herramientas infaltables en las Salas de Rehabilitación Integral de la Misión Médica Cubana en Venezuela. Con ellas, sus técnicas y equipos, los rehabilitadores antillanos alimentan la leyenda de esos hacedores de milagros, capaces de decir: Levántate y anda.