Los caminos de Cuba: La Base Naval de Guantánamo (55)

La Base Naval en Guantánamo: una herida de la Enmienda Platt en la emoción de millones

Sobre los constituyentistas cubanos gravitaba la amenaza: si no aprobaban la Enmienda Platt, la ocupación militar yanqui se mantendría por tiempo indefinido. La orden imperial era terminante: al engendro no se le podía quitar ni una sola coma. En medio de una tensión enorme, aconteció la última votación de 16 votos a favor y 11 en contra el 12 de junio de 1901.

El séptimo artículo del apéndice establecía la cesión a los Estados Unidos por venta o por arrendamiento de partes del territorio nacional, para carboneras o bases navales. A pesar de su derogación en 1934 por la política del Buen Vecino del presidente Franklin Delano Roosevelt, la permanencia de la Base Naval en Guantánamo trasciende en el tiempo como una herida en la emoción popular de millones.

El Historiador de la provincia más oriental del país, el profesor cubano José Sánchez Guerra, recordó que ya para el año de 1897, el almirantazgo norteamericano pretendía apoderarse específicamente de la bahía de Guantánamo.

Autor del ensayo La Batalla de Guantánamo (1898), publicado por la Casa Editorial Verde Olivo, Sánchez Guerra recordó que la presencia imperial norteamericana durante más de 120 años en la mayor bahía del país constituye un hecho totalmente ilegal a la luz del derecho internacional.

A raíz de la aprobación del apéndice constitucional el 12 de junio de 1901, el gobernador interventor Leonard Wood afirmó cínicamente que “por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt, y lo único indicado ahora es buscar la anexión”. 

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