Con el inicio este lunes de la X Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular correspondiente a su Novena Legislatura, se va cerrando un ciclo de intenso trabajo, caracterizado por el desafío para vencer la covid-19 y el enfrentamiento a un bloqueo recrudecido, un período en el que nuestro Parlamento también ha estado marcado por una dinámica legislativa sin precedentes.
Ha sido prácticamente una heroicidad desde el mismo momento en que el punto de partida fue la consulta con el pueblo para aprobar nuestra Constitución primero, y después el inicio de un camino que nos ha llevado por la aprobación de más de una treintena de leyes para darle vitalidad al cuerpo refrendado en ese documento jurídico.
El trabajo de los diputados en la base, las comprobaciones a grupos y sectores clave en la labor económica y social del país, las rendiciones de cuenta de provincias y ministerios, la profundización de los debates sobre la marcha de la economía, el comportamiento de los servicios básicos a la población, el perfeccionamiento del trabajo de los Órganos Locales del Poder Popular, entre otros asuntos, han estado de manera permanente en la actividad del Parlamento nacional.
A ello súmele el reciente proceso de elecciones para delegados municipales del Poder Popular desarrollado nacionalmente, que tendrá en el cercano día 17, la Constitución de las Asambleas a nivel territorial, un paso transcendental porque es el escenario que tiene la misión de impulsar, fiscalizar y controlar los cambios y transformaciones en el ámbito local para conectar con los pasos que impulsa el Gobierno en aras de dotar a los municipios de mayor autonomía y autogestión, un objetivo deseado en el corto plazo.
Adicionemos el hecho de la participación cada vez mayor de los delegados municipales y también del pueblo en la configuración de los presupuestos de los territorios, y la responsabilidad de rendir cuenta de su ejecución sistemática en la comunidad.
Transformar haciendo; transformar participando es el concepto de trabajo cuando se trata de la nueva mirada con que se enfoca la estrategia en los barrios en situación de vulnerabilidad, proceso donde el delegado es clave.
El Parlamento cubano late al ritmo que vive el país y eso se garantiza con la actividad legistativa que desarrollan las comisiones permanentes de trabajo entre sesiones: mirando, recorriendo, tocando con las manos los problemas, interactuando con el pueblo, colectivos de trabajo, empresas.
En medio de una situación compleja, difícil, la actividad parlamentaria crece, y se mantiene activa, para acompañar la labor de Gobierno en función de avanzar en la resistencia creativa a la que nos convoca nuestro Presidente.