Juego de poder (1983) fue el filme que lo inició en su fructífera carrera cinematográfica, tanto en Argentina, su tierra natal, como en España, país que lo acogió durante la dictadura militar, hacia donde emigró con su familia.
Juan Diego Botto recibió clases de actuación y desde los 5 años luce su rostro en las pantallas. Después lo veriamos en La conquista del Paraíso (1992), como hijo del gran Gerard Depardieu que encarnaba a Cristóbal Colón. Tres años más tarde lo aplaudimos como protagonista de Historias del Kronen bajo la batuta de Montxo Almedariz, filme que le brindó buena popularidad.
Trata de nunca abandonar el teatro, dentro del que además se ha convertido en director de éxito y dramaturgo con las obras El privilegio de ser perro y Despertares y celebraciones, respectivamente. De las tablas al cine se destaca su protagónico en Hamlet de 2008.
Botto nació en 1975 en Buenos Aires, y era muy joven cuando lo distinguimos por la serie El Zorro cuando interpretaba a Bernardo, el silente y fiel compañero del protagonista.
Entre sus méritos citamos el premio que otorga el Festival de El Cairo, el Goya, el de la Unión de Actores y El Fotograma de Plata.
Los cinéfilos cubanos recordamos la galardonada cinta argentina Martin Hache de Rodolfo Aristarain, en la que el actor que nos ocupa hace las veces de hijo no querido de Federico Luppi. También lo hemos aplaudido en Silencio roto, Plenilunio y Todo lo que tú quieras.
Dirigido por el reconocido actor John Malkovich aparece en The dance Upstairs. Y junto a Jennifer López se ha desempeñado dentro de la película Ciudad del silencio.
En 2008 Juan Diego Botto Rota recibió el premio al mejor actor de el mencionado Festival de El Cairo por su más que convincente papel en la cinta El Greco.