Por Dalia Reyes Perera
De cara al Duodécimo Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, las nuevas generaciones de colaboradores de nuestra Misión Médica realizan aquí por estos días los Activos Juveniles, devenidos encuentros para dialogar, compartir experiencias, hablar también de sus preocupaciones e inquietudes, pero sobre todo, para ratificar el compromiso de los Pinos nuevos de la Patria de Martí con las hijas e hijos de la Patria de Bolívar.
La Doctora Aimé Oliva Gómez, procedente de la provincia Las Tunas, médico de comunidad, es responsable del programa de postgrados en el Departamento de Docencia de la Misión Médica en el Estado de Monagas, al oriente del país, uno de los más grandes de Venezuela. Ella es activista estadal de la juventud y con mucho orgullo habla de la respuesta de sus colegas, quienes apenas rebasan los 30 años de edad.
“Alrededor del 70 por ciento de los colaboradores en el Estado de Monagas son jóvenes, están presentes en todo, siempre listos ante cualquier convocatoria; y con una disposición tremenda llegan a las comunidades, principalmente los fisiatras y médicos de comunidad, especialidades tan demandadas que deben brindar esa salud y bienestar al pueblo. Los enfermos salen complacidos, muchos de ellos rehabilitados, a veces llegan sin poder andar y salen caminando después de varias sesiones, es un logro y un sentimiento muy lindo elevar la calidad de vida de esos pacientes”, enfatiza la experta y líder juvenil.
El joven holguinero Yohandry Raúl Parente Quiñones, ingeniero en Electromedicina lleva 27 meses en la Misión Médica Cubana. Labora en el Hospital Ruíz y Páez, y atiende cuatro Centros de Diagnóstico Integral (CDI) del municipio Angostura del Orinoco en Ciudad Bolívar, en el Estado del mismo nombre. Él vive apasionadamente su historia, que se multiplica hoy en tantos jóvenes cubanos que cumplen su misión en Venezuela.
Ante nuestra interrogante sobre sus experiencias en esta misión, el líder juvenil no vacila para responder. “Lo único que he hecho es pensar en el bienestar del pueblo con mi modesto aporte reparando equipos médicos, trato de que todos funcionen para que el pueblo venezolano disfrute de una buena atención medica. Y cuando llegamos a cualquier parte, se siente dicha por tantos agradecimientos. Yo trato de innovar siempre, aunque falten recursos, los pacientes nos dan muestras de cariño y nos dicen: Cuba está aquí para ayudarnos, para demostrar la solidaridad entre los pueblos como querían Fidel y Chávez. Eso no tiene precio”, enfatiza.
La Dra Aimé, aunque es muy joven cuenta ya 34 meses en la misión cubana en Venezuela, donde el promedio de edad es de alrededor de 30 años. Ella es del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, y ya había cumplido una primera misión en Kuwait, aunque Venezuela la marca para siempre.
“Llegué aquí en tiempos de Covid, fue un reto trabajar en esas condiciones tan difíciles, yo era entonces la asesora del Programa Barrio Adentro y trabajamos para evitar que los colaboradores se enfermaran y que los pacientes que llegaban –ya fueran cubanos o venezolanos- fueran bien atendidos, y salieran rehabiltados lo más pronto posible. Por otra parte, es difícil estar separado de la familia, nunca he salido de mi casa, soy una “niña de mamá y papá”, es difícil estar lejos de los seres queridos, sin embargo lo hacemos con mucho regocijo porque la misión nos necesita y el pueblo de Cuba nos necesita aquí”, nos dice esta mujer cubanísima con la emoción reflejada en su rostro y sus palabras entrecortadas.
Más del cuarenta por ciento de los colaboradores cubanos en Venezuela son jóvenes. Líderes como Aimé y Yohandry Raúl saben que con las nuevas generaciones siempre se podrá contar, porque, según sus propios criterios “en la misión medica hay jóvenes dispuestos a darlo todo por la Revolución y para poner bien en alto el nombre de nuestro país, es un logro estar en esta tierra y cumplir esta misión en Venezuela”, sentencia Aimé mientras que Yohandry es rotundo: “Y hoy estamos aquí para llevar en alto y con profesionalidad la misma atención que brindamos en nuestra isla, la juventud es protagonista de estos tiempos y nosotros somos una prueba; el promedio de edad de los colaboradores en Venezuela es de 33 años y no vamos a defraudar el legado de nuestro Comandante en Jefe y del Comandante Chávez; con la juventud cubana siempre se podrá contar”.
Así, con esa sencillez y convicciones, jóvenes cubanos en Venezuela renuevan sus compromisos con la solidaridad a una nación hermana a las puertas del 12mo Congreso de la UJC.
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