Cuarenta años después de que, en mayo de 1981, Cuba lograra el primer interferón –un paso inicial en el desarrollo de su biotecnología, impulsada por el Comandante en Jefe Fidel Castro- los interferones cubanos siguen salvando vidas dentro y fuera del país.
A la valía de este reconocido producto -líder en el sector biotecnológico cubano y cuyo uso fue fundamental en el Protocolo de Actuación Nacional frente a la COVID-19- se dedicó la reunión de los expertos y científicos para temas de salud, que retomó este martes sus sesiones habituales en el Palacio de la Revolución, encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En un contexto internacional marcado por la amenaza de nuevas pandemias, como alertó el mandatario cubano, es imprescindible el empleo de la ciencia; y la isla caribeña, en las últimas décadas, ha mostrado las potencialidades de sus productos biofarmacéuticos.
El Doctor en Ciencias Hugo Nodarse Cuní, jefe de Departamento de Investigaciones Clínicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, destacó, de manera particular, la aplicación del Nasalferón -una formulación del Interferón Alfa-2b-humano recombinante para vía nasal- que demostró la seguridad de su uso clínico durante la epidemia de la COVID-19 y su empleo para diferentes padecimientos respiratorios agudos.
El interferón, puntualizó el científico, es un sólido antiviral que enfrentó una enfermedad nueva, que demostró en la práctica las potencialidades de los productos biotecnológicos cubanos.
En su presentación, el especialista informó, en el orden regulatorio, algunos hitos de los interferones cubanos que marcó el trabajo realizado por los trabajadores del sector de la ciencia y el sistema de Salud en el enfrentamiento a la COVID-19: autorizo de Uso en Emergencia para el Nasalferón; registro sanitario de la indicación COVID-19 para el HeberFERÓN; registro sanitario de la indicación COVID-19 para el Heberón Alfa R; en evaluación por el CECMED, un ensayo clínico fase II/III con Nasalferón en infecciones virales respiratorias agudas (IRA) altas en adultos; preparación del expediente para registro sanitario del Nasalferón en IRA; y coordinaciones para dispensar Nasalferón en las farmacias comunitarias.
Por su parte, la doctora Lissette López González -jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública, quien dirigió la atención médica a niños y adolescentes en medio de la pandemia- recordó que «el interferón fue el primer producto biotecnológico que se usó en el país para el enfrentamiento a la COVID-19 en edades pediátricas», un fármaco que está en condiciones de enfrentar otras posibles epidemias de virus respiratorios que acechan a la humanidad.
«Tenemos una herramienta terapéutica en la mano, que nos toca demostrar su utilidad y sus beneficios en el enfrentamiento a enfermedades respiratorias, que en pediatría constituye una causa importante de mortalidad», señaló la especialista.
La doctora Lissette López aseveró que «el interferón tiene un valor incalculable en la historia que escribió, y estamos convencidos de que las páginas de ese libro no se han concluido, sino que tiene todavía mucha historia que narrar».
De igual manera, la Doctora en Ciencias Marta Ayala Ávila, Directora General del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, ponderó los resultados del uso de los interferones cubanos, fármacos de probada efectividad.
En ese sentido, significó que «a más de 40 años de que Cuba hubiera logrado producir los primeros interferones, las nuevas generaciones en la ciencia y la salud pública siguen defendiendo el proyecto forjado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz».
Luego de cerca de una hora de intercambio, el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez también resaltó la importancia del uso de los interferones en el combate por la vida frente a la COVID-19 y otras enfermedades, como expresión del desarrollo de la industria biotecnológica cubana.
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