Independencia de Venezuela, el camino de la libertad de nuestros pueblos

El Día de la Declaración de la Independencia de Venezuela es una fecha que marca no sólo la vida y la historia de este pueblo de indígenas rebeldes, afrodescendientes bravos y próceres  inolvidables, sino que se inscribe como un acontecimiento glorioso del mundo.

Hace 213 años, exactamente el 5 de julio de 1811, los mantuanos, criollos venezolanos, en un Congreso convocado por la Junta de Gobierno Autónoma en Caracas, -el primero que se hace en las colonias españolas-, los diputados firman el Acta de Independencia, nace la primera República, y posteriormente la primera Constitución de esta área geográfica, con lo cual se rompe el vínculo con el Imperio Español.

Ese día se sembraba la semilla de la libertad en nuestras tierras, el honor de ser independientes, los sueños de integración, una decisión que ha costado siglos de lucha para decidir nuestro propio destino y conquistar la victoria.

En entrevista concedida por el investigador y profesor Alejandro López, Presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar,  nos explica que “esa independencia que se declara en 1811 luego se transforma en una Constitución, que en uno de sus artículos señala que el pueblo venezolano está dispuesto a prestar su solidaridad y apoyo a cualquier pueblo que se una en una confederación de pueblos libres, ahí hay un acento de la geopolítica de la liberación que caracteriza la revolución patriota venezolana”.

El profesor considera que esa determinación marca “un acento continental de unión, pensar en esa época en la independencia era pensar en la independencia de la región; Francisco de Miranda  soñó la Gran República de Colombia, ya a finales del siglo XVIII él decía “de México hasta Argentina seamos una gran nación”.

La República de la Gran Colombia que lidera Bolívar va hacia la conquista de esos anhelos, declara el profesor Alejandro López y recuerda que ”dos días antes de la victoria en Ayacucho, el 7 de diciembre de 1824, el Libertador convoca al Congreso Anfictiónico de Panamá, que se instala en 1826, primer espacio de reunión multilateral de pueblos libres, sin injerencia norteamericana ni europea, ese es el sentido de nuestras luchas que tiene mucho espacio y pertinencia en la Revolución Bolivariana actual”.

Una hidalguía, una defensa de la identidad que venezolanos y latinoamericanos conservan hasta nuestros días.

En el diálogo, el acucioso investigador enfatiza que “conservamos un acento popular en nuestras luchas, desde 1911 la lucha del pueblo venezolano por la independencia y soberanía no se detiene, esa libertad es traicionada después de la muerte de Bolívar, y es recuperada por Chávez en 1998”.

Más adelante recuerda que esa determinación “se sintetiza en la Constitución que votamos en este país en 1999,  un texto que se debate con todos los ciudadanos y ciudadanas; este año precisamente estamos celebrando el aniversario 25 del proceso constituyente independiente, se consulta al pueblo si quiere una Constituyente, se eligen los diputados  y en diciembre de 1999 se vota por esa Constitución, de esa manera se  reafirma el sentido independentista, de ahí que en el Plan de la Patria de Chávez y de Maduro esa idea esté explícita”.

El Día de la Declaración de la Independencia de Venezuela también inscribe páginas que abrieron el libro de la historia de nuestra América porque “marca nuestro nacimiento como nación, con principios propios de una Constitución, sin dependencia política ni militar, creamos una gesta que acompañó a los otros pueblos americanos, y ello marca un referente de modos de vida, de relación social y de construcción distinta a la lógica norteamericana o europea”, significa el Presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar.

En su criterio “recordar esta fecha es tener presente el valor de la identidad venezolana, no sólo en lo temprano que fue nuestra independencia, en lo aguerrido de nuestros patriotas, sino en el sentido continental amplio, Bolívar hablaba del equilibrio del mundo, apostaba a la humanidad, por eso festejar el 5 de julio es recordar nuestra humanidad y sentido nacional”.

Desde la óptica internacional, Venezuela, precursora, con esa Declaración de Independencia, también marcó las pautas para defender lo nuestroamericano, esa integración, esa fuerza que nos salva.

A propósito, nos dice Alejandro López que “desde América las Repúblicas que nacen en 1810 o 1811 son repúblicas que ni siquiera Europa había soñado, en América se ensayan esos conceptos de la ilustración europea que son el concepto republicano, la democracia, el sistema liberal, es un ejemplo que da América sobre su voluntad, su autodeterminación y su identidad”.

Y concluye: “lo importante es no concebirnos como un  anexo o hijos bastardos de Europa, incluso, no sólo como el resultado de un mestizaje, sino que contribuimos con el sentido de identidad a la construcción de una sociedad auténtica con características propias, recursos propios, edificamos en estas tierras un espacio de paz, solidaridad y de arquitectura en la lógica mundial, ese es el concepto del equilibrio del mundo, América se convierte en un espacio donde la guerra no es la característica común pese al intervencionismo americano y pese al intervencionismo europeo”.

Indudablemente, en el aniversario 213 de la Declaración de la Independencia de Venezuela, festejamos todos los latinoamericanos y los pueblos del mundo una fecha que sembró la semilla de los sueños de libertad. 

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