Hungría podría seguir el camino de Estados Unidos y Argentina, para retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según Gergely Gulyás, Ministro del Gabinete del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, «Hungría tomará esta decisión si lo considera oportuno», en referencia a la reciente decisión de Donald Trump.
A finales de enero, el presidente de Estados Unidos justificó su retirada de la OMS alegando una mala gestión de la pandemia de coronavirus y otras crisis sanitarias internacionales, acusando a la organización de ceder supuestamente a la influencia política de algunos Estados miembros, como China, y exigiendo una cuota que él tildó de desproporcionada a Estados Unidos. En la actualidad, el país norteño contribuye con el 14.5% del presupuesto de la OMS, alrededor de 1,300 millones de dólares.
La salida de Hungría sería inesperada, dado que Budapest nunca ha tenido problemas con el organismo internacional.
Hans Kluge, director regional europeo de la OMS, elogió el control epidemiológico de Hungría en una conversación con Viktor Orbán en 2021, calificando su campaña de vacunación como ejemplar. En contraste con la postura de Trump, Péter Szijjártó, Ministro de Exteriores húngaro, afirmó que la OMS ha sido justa y correcta, y que las vacunas se evalúan en función de su eficacia y seguridad, sin interferencias geopolíticas.
La revista The Lancet criticó a Estados Unidos por retirarse de la OMS
El medio científico The Lancet emitió un editorial crítico alertando sobre las consecuencias de la decisión de Trump de retirar al país de la OMS.
El artículo destaca que la medida afectará la investigación médica, la cooperación internacional y el acceso a servicios esenciales de salud. Además, enfatiza que la salida de Estados Unidos del organismo tendrá un impacto global, dado que el país era uno de los principales financiadores de la organización.
Según el texto, esa medida representa «un ataque radical y perjudicial para la salud del pueblo estadounidense y de aquellos que dependen de la ayuda exterior de Estados Unidos».
En América Latina, el gobierno de Argentina adoptó una postura similar, anunciando su salida de la agencia sanitaria debido a «diferencias profundas» con el organismo, especialmente en la gestión de la pandemia de la COVID-19.
No obstante, Argentina aclaró que continuará su participación en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y mantendrá su compromiso con los programas y acuerdos regionales.
The Lancet argumenta que la salida de Estados Unidos de la OMS no es resultado de una «reevaluación mesurada de las prioridades de Estados Unidos» y menciona entre los efectos negativos inmediatos: la suspensión de 3 billones de dólares en subvenciones y préstamos federales, afectando Medicaid; la paralización de actividades en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC); la eliminación de fondos para organizaciones internacionales dedicadas a la salud pública; y la cancelación de programas de salud global financiados por Estados Unidos, incluido el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA.
The Lancet advierte que estas decisiones «retroceden décadas de avances en el control de enfermedades y la equidad sanitaria», no solo de Estados Unidos sino del resto del mundo.