Hugo y el amor a Cuba crecen en Machurucuto

Hugo y el amor a Cuba crecen en Machurucuto

Para cimentar una buena amistad, a veces, hacen falta años. Sin embargo, hay gente y acciones que lo logran desde el primer instante, como le ocurrió al joven santiaguero Hugo Mestre con la comunidad de Machurucuto, en el estado venezolano de Miranda.

Allí, donde el río Cúpira encuentra al Mar Caribe, Hugo se consagró como el primer cubano en atender, como médico de comunidad, a ese humilde pueblo que, entre barcos y tarrayas, se hizo tierra fértil para querer a Cuba.

“Es una población muy humilde, muy agradecida y muy bondadosa, que nos apoya en todo. Se relacionan muy bien con los cubanos, pues saben que somos pueblos hermanos y nos tratan como iguales”.

Claro que las buenas amistades, como las fogatas que animan las noches en las playas de Machurucuto, necesitan una chispa para iniciarse y combustible para crecer. Desde hace más de un año, Hugo y sus pacientes alimentan esa hermandad, que ya trasciende a las personas y que une culturas, países y revoluciones.

Doctor Hugo Mestre | Foto: Del autor

“Esta parroquia era atendida por médicos venezolanos de la Misión Barrio Adentro. Yo fui el primer cubano en atenderlos de forma permanente. Desde que llegué me acogieron muy bien. Me hicieron sentir en confianza y ya siento que soy parte de esta comunidad. Siento que son mi familia. He atendido embarazadas que, al parir, me han hecho padrinos de sus hijos. Me siento uno más de este pueblo”.

Así, hay amistades que no necesitan del tiempo, sino de la ternura y la entrega para consolidarse. Una de ellos florece entre el doctor cubano Hugo Mestre y Machurucuto, un poblado de pescadores al oeste del estado venezolano de Miranda, donde gente y acciones han cimentado salud y, sobre todo, un amor que crece hacia Cuba.

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