Qué el camino que espera debe reverdecer con la simiente de victoria, es la premisa de los triunfadores. Porque cuando las situaciones son más complejas, la acción más que el discurso, el hacer más que la parálisis, el estimular e identificar las mejores experiencias más que mirar contemplativamente, más la constancia, la consagración y sistematicidad siempre llevarán a alcanzar mejores resultados.
Así resumiría los resultados del VI Pleno del Comité Central del Partido celebrado hace apenas unas horas en el Palacio de la Revolución, un encuentro crítico, lleno de insatisfacciones en sus análisis, pero con los pies muy bien puestos sobre la tierra en la percepción de las realidades qué tenemos, cuáles son las causas que las compulsan y qué hacer- qué dependa de nosotros mismos-, para revertir situaciones y mirar hacia el presente-futuro con la mayor sostenibilidad posible.
En los debates, como siempre, estuvieron el conocimiento y aporte inagotables nacidos de las experiencias individuales y colectivas, de caminar de arriba hacia abajo y viceversa un país y saber qué pasa, cómo piensa la gente y qué no podemos darnos el lujo de darles más tiempo a soluciones de problemas, porque es cuestión de seguridad nacional, que pone en riesgo nuestro propio proyecto social y puede llegar a reblandecer firmezas ideológicas.
La economía en primer lugar. Partiendo sin teques ni discursos preconcebidos, de un bloqueo durísimo, que atemoriza cuando se habla de Cuba en la lista unilateral y espuria del Gobierno de Estados Unidos entre las naciones posibles patrocinadoras del terrorismo, que deja poco margen para acercar inversiones, que estimula la persecución financiera en bancos, la compra de combustible.
El reconocimiento de una realidad post-covid que emergió durísima con un alto costo de los productos a nivel internacional, los fletes, la carencia de materias primas y sus elevados precios; de un entorno europeo que agrava todo, y particularmente del bloqueo, al que muchos no siempre le confieren la trascendencia que tiene, pero es una historia infame, abominable, injusta que lo marca todo, desde que nos levantamos en el caso de cada familia hasta contar hasta el último kilo para decidir dónde se invierte a nivel nacional, porque el cerco es tal que cada día cierra espacios.
En el entorno nacional, separado de lo que objetivamente está ahí, y nos respira al oído, están también otros elementos subjetivos: hemos aprobado más de 400 medidas para favorecer la agricultura, la industria azucarera, flexibilizar y darles más autonomía a las empresas, entre otras, también se autorizó la aprobación de Mipymes, pero todo esto no ha sido suficiente.
En unos casos hay experiencias muy buenas, en otros no funcionan adecuadamente. Unos han logrado darle un golpe al bloqueo con constancia, iniciativa e inteligencia; otros permanecen inertes como esperando orientaciones desde arriba, sin aprovechar todas las potencialidades locales y sus reservas internas. El primero de los ejemplos es hacia donde hay que mirar, porque energiza, conmueve y alienta, es de lo que demuestra el Sí se puede que habló el presidente al resumir el Pleno del Partido ayer.
Lo otro es que el país no está detenido, sí se mueve, incluso asidos de criterios de expertos y grupos de trabajo multidisciplinarios que tienen bien identificados qué podemos hacer y cuáles son nuestros mayores problemas.
El primero de ellos el de cómo lograr un mayor ingreso de divisas, disponer de mayor liquidez, para alcanzar mayor poder adquisitivo, resolver los problemas de desequilibrios macroeconómicos, que también es básico porque sin eso cualquier medida se distorsiona por el camino para transitar entonces por la búsqueda de un incremento de las ofertas con sostenibilidad, y atacar hoy lo que es como una enfermedad crónica: la situación inflacionaria.
El VI Pleno hizo un análisis muy profundo del cumplimiento de los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. No son inamovibles, aunque en ellos, se resumen los principales ejes estratégicos donde se concentra el desarrollo del país hasta el 2030.
Estamos a mitad de camino, dijo el viceprimer ministro y Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández cuando en su amplia exposición durante el VI Pleno puso actualizó el escenario económico del país durante los últimos dos años. Del número total de lineamientos, aproximadamente el cuarenta por ciento se encuentra en un rango de cumplimiento entre bajo a sin avances, lo que requerirá un mayor rigor en su seguimiento, teniendo en cuenta que se evalúa un período que comenzó en el 2021 y cierra en 2026.
Hay luces en el camino, sí las hay. Como la de trabajar en la estabilización energética para tener un mejor verano, por ejemplo, que sí es posible y para ello se trabaja.
Mirar y transitar el camino con espíritu de victoria, y el concepto y convencimiento de que Sí se puede, y se puede, metiéndole el pecho a las balas, como decimos en el argot popular y concentrando también cada esfuerzo en puntos que se han identificado como prioridades: la economía, la atención social, el fortalecimiento institucional, la política de cuadros que es continuidad y la firmeza ideológica para enfrentar la colonización cultural que quieren imponernos.
El próximo paso es la Conferencia Nacional del Partido, en octubre, que también estará antecedida de todos los criterios de los más de 700 mil militantes del país, en los terrenos económico e ideológico. Los núcleos como la fuerza política que, en la base, tendrán que impulsar, fiscalizar, empujar para hacer cumplir con el propósito de ganar y ganar, sobre todo cuando se trata de los centros económicos que deciden, de ahí el papel fundamental del Partido.