Admito que cuando terminé de visionar el suspenso Memento (2000) quedé impactada. ¿Será un nuevo estilo experimental?, me pregunté.
Fue en un Festival de Cine de La Habana, allí, en el Cine La Rampa, coincidí con varios críticos que comentaban admirados lo que acabábamos de ver.
El actor australiano Guy Pearce, hoy con 55 años, protagonizó esta cinta dirigida por Christopher Nolan, colocándose ambos en bocas de cuantos la disfrutaron, con tanto flash back y aquel malandrín que en primer plano decía intrigante: ¨¿Lenny?¨.
El tatuado protagonista tenía un padecimiento raro que limitaba su memoria, pero aun así estaba decidido a resolver el caso de asesinato de su esposa.
Pearce fue visto recientemente en nuestras pantallas con la película de acción Máquina infernal, y también como el falsificador de obras de arte para El último Vernay, tal es su versatilidad.
Los Ángeles al desnudo lo convirtió en agente del orden, al lado de Russell Crowe, dentro de otra polémica puesta en pantalla, que sin embargo alcanzó diversos lauros.
También fue el malo de la película en la versión de El Conde de Montecristo que encabezó Jim Caviezel, y se codeó con una pareja de cachorros de tigres en la cinta francesa Dos hermanos.
Guy Edward Pearce es delgado y dudó un poco antes de encabezar el reparto de un fallido remake de La Máquina del Tiempo. A veces debemos seguir nuestros instintos.
Podría asegurar que Memento (Oscar mejor montaje y guion entre otros) clasifica como lo mejor de este intérprete, o al menos, lo que más lo ha hecho destacarse, aunque Priscilla, Reina del desierto no queda muy detrás.