Para el inicio de la nueva contienda en febrero de 1895, ya la tisis le había ganado el lance por la vida al Mayor General José Guillermo Moncada, el Guillermón de las cargas de leyenda, sobre quien la oralidad se encargó de fijar anécdotas en la memoria popular de los suyos, remontando los surcos del tiempo, como dice el sujeto lírico.
El famoso jefe insurrecto falleció en la manigua el 5 de abril de 1895. La Doctora en Ciencias Históricas, la Profesora Titular de la Universidad de Oriente, Damaris Amparo Torres Elers, califica de aval portentoso el elogio a Guillermón, en la palabra de alguien tan parco, duro, difícil, poco acostumbrado a hacerlo: el Generalísimo Máximo Gómez Báez.
Autora de aproximaciones ejemplares en torno a relevantes figuras del panteón heroico de la Patria, la historiadora, ensayista y profesora universitaria cubana, Damaris Amparo Torres Elers, significa las distancias humanas de Guillermón Moncada, designado por José Martí jefe de la provincia oriental durante la preparación de la Guerra Necesaria.
El padre de Guillermón, el liberto Narciso Veranes, nunca reconoció a sus hijos, por lo cual el célebre combatiente independentista tenía como único apellido el de la madre, María Dominga de la Trinidad Moncada.
Fallecido hace exactamente 128 años en el campamento de Joturito, en Mucaral, término municipal de Alto Songo, víctima de la tuberculosis contraída en las cárceles hispanas, el extraordinario jefe mambí había nacido en Santiago de Cuba el 25 de junio de 1841.