A muchos se les hace la boca agua de solo pensar en los casquitos, la mermelada o el jugo de guayaba, manjares de sabor único comparable sólo con otras delicias culimarias presentes con frecuencia en los hogares cubanos.
La fruta en cuestión es originaria de América Latina y se extendió al resto del mundo tras la conquista de los españoles y los portugueses.
La guayaba es apreciada también por sus aportes a la salud. Contiene mucha agua y pocas calorías, es rica en vitamina A, E, D12 y especialmente en vitamina C, incluso más que los cítricos. Contiene más del doble que la naranja, popularmente conocida por su alto contenido de este nutriente.
También es rica en hierro, cobre, calcio, magnesio, potasio, manganeso y fósforo. Consumido regularmente, permite al cuerpo ser más resistente a los agentes infecciosos y a prevenir las enfermedades de las vías respiratorias, así como gripe, conjuntivitis y afecciones intestinales. Como la mayoría de las frutas, contiene mucha agua y pocas calorías.
Dependiendo de su maduración puede usarse tanto para tratar la diarrea como el estreñimiento. Así es, cuando está verde es rica en compuestos astringentes que ayudan a controlar la diarrea; cuando está madura aporta gran cantidad de fibra insoluble, que actúa como un suave laxante…Está considerada una planta medicinal.
Lo anterior la convierte en un alimento ideal para la temporada invernal, ya que fortalece el sistema inmunológico, lo que prepara el cuerpo para combatir ataques de virus y bacterias, principalmente en la garganta y el resto de las vías respiratorias.
La guayaba también tiene propiedades hipoglicémicas, es decir, que ayuda a bajar los niveles de glucosa de la sangre, lo que lo convierte un alimento que no debe faltar en la dieta de las personas que padecen diabetes.
Por otra parte, esta fruta interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos, a la vez que favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
A la guayaba se le atribuyen propiedades astringentes, es decir, que constriñe y reseca los tejidos orgánicos, lo que disminuye las secreciones; también se emplea contra disenterías atónicas y como un remedio para la sarna y la picazón. No solo la fruta, también sus hojas y, corteza.
La fruta no es la única parte del guayabo que contiene propiedades medicinales, sus hojas y raíces también cuentan con cualidades curativas.
La hoja de la guayaba combate de las enfermedades gastrointestinales como diarrea, dolor de estómago, los vómitos, la disentería y hasta los cólicos, de igual forma, ayuda a aliviar padecimientos de la piel, curar heridas, úlceras y reumas.
La corteza del guayabo se usa para desórdenes gastrointestinales:disentería, dispepsia, diarrea, vértigo, nausea y para regular los períodos menstruales,mientras que la raíz cura la hidropesía.
A continuación un regalo al paladar: casquitos de guayaba.Se utilizan cuatro libras de guayabas maduras,una taza de azúcar blanca, así como cuatro tazas de agua, una pizca de sal y 1:25 taza de pulpa de guayaba que,sale de la propia guayaba.
Primero se lavan y pelan las guayabas, y se reservan las cascaras, a continuación se cortan las guayabas a la mitad y se les sacan las semillas con una cuchara. Se juntan las semillas con las cáscaras y las mitades de guayabas se colocan en una olla.
Le agregamos las cuatro tazas de agua con una pizca de sal y las ponemos a ablandar por una hora a fuego medio. Licuamos las cáscaras y las semillas con un poco de agua y pasamos por un tamiz fino.
Reservamos esa pulpa, de la cual solo usaremos 1.25 taza.
Cuando las guayabas estén blandas, las separamos del agua y agregamos el azúcar junto a la misma agua y la ponemos de nuevo al fuego y dejamos derretir. Agregamos la 1.25 taza de pulpa y seguimos removiendo.
Incorporamos los casquitos de guayaba y cocinamos a fuego medio bajo hasta que la pulpa tome una consistencia espesa.
Se enfrían y se sirve. Este delicioso postre se puede comer solo o acompañar con queso o galletas..