A juzgar por los estudios de la doctora en Ciencias Históricas, Francisca López Civeira, otra de las grandes personalidades cubanas lo fue José Antonio Saco.
Saco fue reformista, no se identificó con las ideas independentistas cuando ya esa corriente se manifestaba en Cuba.
Se desempeñó como profesor de Filosofía en el Seminario en sustitución del Padre Félix Varela, quien fuera su maestro.
Por su enfrentamiento al Capitán General de la Isla de Cuba en la intensa polémica que se desató en defensa de la Academia Cubana de Literatura que este clausuró, fue deportado en 1834, de ahí que el resto de su vida transcurrió en el destierro en Europa, aunque con unos meses de retorno a Cuba entre 1860 y 1861 al amparo de una amnistía decretada.
Desde su filiación reformista, José Antonio Saco se opuso a la tendencia anexionista que había tomado auge en algunos grupos que propugnaban la unión con Estados Unidos a mediados del siglo XIX.
José Antonio Saco entendió que más allá de una unión con los Estados Unidos, sería absorción y no anexión, por eso dispuso en vida el epitafio que debía llevar su tumba:
“Aquí yace José Antonio Saco, que no fue anexionista, porque fue más cubano que todos los anexionistas”.
A partir de las tendencias modernas de su época, se oponía a la esclavitud, fundamentó el sentido de la nacionalidad, aunque con una mirada excluyente pues solo comprendía a los blancos; no obstante, esa defensa formó parte de su oposición al anexionismo en la intensa polémica que sostuvo por ese motivo.
Martí lo llamó el “incisivo Saco”, y dijo de él “que no creía en parches andaluces ni postizos rubios para las cosas del país”.
José Antonio Saco fue una figura controvertida, entonces y después, pero a pesar de sus limitaciones, su impresionante obra histórica, sociológica, política, su defensa de la nacionalidad cubana y, sobre todo, su oposición al anexionismo, lo convirtieron en un referente para muchos cubanos y personalidad imprescindible de la decimonovena centuria.
Recuerda que estamos en la marcha junto a los grandes de nuestra historia.
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