Gladys Blanco Pérez cuenta ya con 2 misiones internacionalistas en Venezuela. Desde el Centro de Diagnóstico Integral “César Gaetano Supini”, en el estado de Monagas, la joven santiaguera cuenta peripecias, tropiezos y milagros de una aventura que comenzó con una promesa hecha a su abuelo.

Gladys y el orgullo de cumplir una promesa

Aunque suene a cliché, a la doctora Gladys Blanco Pérez le brota luz de la mirada. Siempre brillan sus ojos: por esa historia que despierta su alegría, o por aquella que le hizo llorar, o por las promesas cumplidas, o por cada oportunidad que aprovechó para marcar vidas ajenas.

La joven santiaguera, diplomada en Terapia Intensiva, cuenta ya con 2 misiones internacionalistas en Venezuela. Ahora, desde el Centro de Diagnóstico Integral “César Gaetano Supini”, en el Estado de Monagas, nos cuenta peripecias, agradecimientos, tropiezos y milagros de su aventura como embajadora de la salud cubana.

“Llegué a Venezuela en el año 2022, para cumplir mi segunda misión, pues antes había estado 3 años en el estado de Trujillo. Ahora, pasé algunos meses en Amazonas y luego me trasladaron para Monagas. Aquí soy intensivista, además de docente, activista de Comisión Médica y de Asistencia Médica en un CDI Escuela y Centinela. Son altas responsabilidades, porque aquí se cuida la salud de nuestros colaboradores y preparan para asumir puestos de dirección en todo el estado”.

La joven doctora no olvida ninguno de sus casos, pero todavía siente la pérdida de aquella madre, de 19 años, en Trujillo. “Llegó al CDI en la noche, con síntomas de envenenamiento y poco pudimos hacer. Perderla fue difícil, lo sentí como algo personal”.

Gladys Blanco Pérez tiene luz en su mirada… y no es cliché. Hay orgullo en sus ojos, por esas historias de alegría, llanto y vidas salvadas… y hay honor, por aquella promesa que cumple, ahora desde un CDI del estado venezolano de Monagas.

”Mi familia siente orgullo de lo que he logrado y de lo que soy. Uno de mis abuelos, que fue combatiente en la Sierra Maestra, con el Ché, siempre tuvo el sueño de que yo fuera médico. No pudo verlo con sus ojos, pero aquí estoy por él, para cumplir con la promesa que le hice”.

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