Por Adis Marlén MorerA
La Habana- Cuando el cineasta Humberto Solás (1941-2008) lo concibió hace 20 años, no imaginó la dimensión que alcanzaría aquel festival de cine que devino modelo de animación cultural y desarrollo local de la ciudad cubana de Gibara.
De la redacción de Cultura de Prensa Latina
Pensado en un inicio como Festival Internacional de Cine Pobre, hoy el evento exhibe al mundo matices diferentes sin renunciar a la riqueza y luminosidad que alberga la creatividad cinematográfica hecha con pocos recursos.
EL SÉPTIMO ARTE ENTRE PREMIOS Y HOMENAJES
El Festival Internacional de Cine de Gibara, como se conoce actualmente, acogió en su edición 17 a numerosas producciones, entre nacionales y foráneas, que concursaron por el Premio Lucía.
Obras de Cuba, Francia, Estados Unidos, Suiza, Brasil, Marruecos, República Dominicana y Colombia, recibieron sendos galardones en sus respectivas categorías.
Como Mejor largometraje de ficción fue seleccionada la cinta francesa Petite Nature, de Samuel Theis; mientras que la estadounidense Fin, de Fernando Reinaldos, la reconocieron Mejor cortometraje de ficción.
En esa categoría ganó el premio especial del jurado, aHaut et Fort, producción marroquí-francesa, dirigida por Nabil Ayouch; y recibieron menciones especiales El mundo de Nelsito, del cubano Fernando Pérez, y Un pasaje sin regreso, de José Gómez de Vargas, de República Dominicana. Mientras, en documentales y animación, los galardones recayeron en Virgilio desde el gabinete azul (Cuba, Dir. Raydel Araoz) y Todos los días son 8 de marzo (Cuba, Dir. Lizette Vila), como mejor largometraje documental o de animación y mejor cortometraje, respectivamente.
Zinder (Marruecos, Dir. Nabil Ayouch) y Ewéde Òsányìn: El secreto de las hojas (Animación, Brasil, Dir. Pâmela Peregrino), obtuvieron un premio especial.
Keradó (Animación, Colombia, Dir. Andrés Rafael Castillo Garzón) conquistó Mención especial.
La Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC), por su parte, reconoció como mejor largometraje de ficción a Foudre (Suiza, Dir. Carmen Jaquier), como mejor cortometraje de ficción a Abecé (Brasil, Dir. Cleo Rosa), al tiempo que otorgó Mención especial a La espera (Cuba, Dir. Daniel Ross).
El encuentro con el séptimo arte reservó, asimismo, lauros colaterales con producciones de Cuba como principales triunfadoras.
La nación caribeña ganó dos de cuatro galardones en Jurado Joven, entre ellos, Mejor largometraje documental y Mejor cortometraje documental por Cosme, un enorme juego con el tiempo, de Alejandra Rodríguez y Todos los días son 8 de marzo, dirigido por Lizette Vila, en ese orden.
En tanto que, las distinciones por mejor largometraje de ficción y mejor cortometraje de ficción recayeron en Pettitenature y París 70 (España, Dir. Dani Feixas Roca), respectivamente.
El acápite de Cine clubes distinguió el premio de mejor largometraje documental a la obra cubana Retorno, de Blanca Rosa Blanco; mientras la chilena Fantasmagoría, dirigida por Juan Francisco González, conquistó el lauro de Mejor cortometraje documental.
Momento especial fue la entrega del Lucía de Honor 2023 a los actores Jorge Perugorría y Luis Alberto García, así como a la legendaria vestuarista del cine cubano Violeta Cooper, sin duda fueron noches para enaltecer a estas grandes figuras con aportes relevantes al cine de su país.
HERMOSA, AUTÉNTICA, MULTICULTURAL
Si algo define a esta cita es su capacidad para dominar las más variadas expresiones del arte. Durante cinco días, el pueblo gibareño percibió a través de homenajes, foros teóricos, exposiciones, música, danza y teatro, esa propuesta multicultural que despunta por su hermosura y autenticidad.
Entre las atracciones vale resaltar la exposición fotográfica Gibara a través de un celular, del fotógrafo y meteorólogo Danier Ernesto González.
La muestra reflejó un viaje a esa oriental ciudad cubana de la mano de 15 fotografías captadas por él desde su dispositivo móvil.
Atreverme a usar este medio para crear es también una búsqueda de estar en línea con los tiempos actuales, cuando muchas personas lo utilizan regularmente para guardar la memoria familiar de hechos específicos, comentó González en una entrevista.
El artículo, publicado en el sitio web del evento, cuenta que cuando Solás rodaba en esa urbe Miel para Ochún, el artista, quien tenía 12 años de edad, interpretaba un papel muy breve en la cinta.
Tres años después se inauguró el certamen en la llamada Villa Blanca de los Cangrejos, desde entonces el creador mantiene un estrecho vínculo con la cita cinematográfica.
Otra de las actividades desarrolladas fue el Foro Teórico «Una perspectiva de género para el audiovisual y las artes», encuentro en el cual se debatió sobre los retos por conquistar en las artes visuales respecto al género y su visibilidad, políticas públicas y proyectos que se gestan desde la gráfica, el cine y el teatro.
Con una presencia especial este año, las temáticas de género constituyeron el eje primario de muchos eventos, pues trascendieron la filmografía para abordarse también en exposiciones y obras teatrales.
VISITA QUE ALEGRÓ A PEQUEÑOS Y GRANDES CORAZONES
Una de las propuestas más esperadas corrió a cargo de la actuación de la compañía de teatro infantil La Colmenita, agrupación que cautivó a locales y visitantes con las obras La Cenicienta según los Beatles y La cucarachita Martina.
Es la primera vez que estamos en el festival y nos sentimos muy honrados por la invitación; nuestra compañía mantiene la premisa de llevar las grandes producciones que se hacen en los teatros a los lugares más recónditos del país, dijo en una entrevista su fundador y director Carlos Alberto Cremata.
En su opinión, no es llevar al niño de la comunidad alejada al teatro capitalino Carlos Marx, que casi siempre es difícil, sino traerles este pedazo del Carlos Marx a ellos.
Según precisa el texto, Ofelia Guerra, quien vive en la zona rodeada de sus dos bisnietos de ocho y 10 años de edad, asegura que no había visto algo así: “aquí los niños no tienen ninguna distracción, ellos vinieron a traerle alegría a este pueblo”.
El cineasta Roman Polanski dijo una vez que el Cine debería hacerte olvidar que estás sentado en una sala de cine. Precisamente esa es la virtud de un festival que vibra y provoca emociones allá donde camina cada habitante de Gibara.
(Fuente: Prensa Latina)