El Premio Nacional de Periodismo José Martí 2018, el investigador, cronista y narrador cubano Ciro Bianchi Ross, recordó que La Habana se enamoró de Federico García Lorca, a raíz de la visita a Cuba del formidable poeta, dramaturgo y prosista español entre marzo y junio de 1930, invitado por la Sociedad Cubano-Hispana de Cultura presidida por el sabio Fernando Ortiz.
Nacido el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, Granada, el famoso autor del libro Romancero Gitano, y del drama La Casa de Bernarda Alba, consignó en carta a la madre que si un día se perdía, lo buscaran en Andalucía o en Cuba, donde vivió una relación intensa con la intelectualidad y con la gente llana del pueblo de este escenario del Caribe.
Bianchi Ross remarcó la estación precedente de Federico al arribar al archipiélago antillano, la ciudad norteamericana de Nueva York en los tiempos de la Gran Depresión, donde se sintió encerrado por los edificios monumentales que impiden ver al cielo, y en cambio –aseguró—La Habana lo reconoció entonces como un gran poeta, algo hasta ese momento inédito para él.
En su libro García Lorca: Pasaje a La Habana, publicado por la Editorial Pablo de la Torriente, el periodista, investigador y ensayista cubano Ciro Bianchi Ross, revela la apasionante agenda del creador granadino en la tierra real y maravillosa de este lado del mundo, sus conferencias, y la cercanía afectiva con el universo del pensamiento, especialmente con José María Chacón y Calvo, Emilio Roig de Leuchsenring y los hermanos Loynaz.
A 125 años del natalicio en Granada, la capital de la provincia homónima de la Comunidad Autónoma de Andalucía del célebre autor de Yerma y de Bodas de Sangre, se confirma que pocas veces un escritor trascendió extraordinariamente tan lejos de sus días, aún acreedor del más vivo latido querencioso en cualquier parte del mundo.