La Habana– La FAO y Cuba dialogaron hoy sobre la asistencia técnica al Proyecto Una Salud en la isla y la agenda de sanidad agropecuaria en apoyo al fortalecimiento de la agricultura sostenible.
La misión técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) explicó que el acompañamiento al Gobierno de Cuba pretende avanzar en el Proyecto Una Salud.
De acuerdo con el especialista en protección vegetal y gestión de riesgos de la FAO, Jaime Cárdenas, entre los objetivos de la misión se encuentra el fortalecimiento y determinación de posibles mecanismos de vigilancia epidemiológica multidisciplinaria e intersectorial para la alerta temprana y respuesta rápida ante emergencias.
Así como recomendaciones para el desarrollo de protocolos de actuación ante plagas y enfermedades de importancia global, la construcción de capacidades nacionales en cuanto a la situación fito/zoosanitaria, y estrategias de manejo y control, precisó Cárdenas.
El experto reconoció el trabajo multidisciplinario e intersectorial que desarrolla Cuba para garantizar alertas tempranas y respuestas rápidas para el pronóstico y modelación.
Por otra parte, la especialista en sanidad animal de la Oficina Regional de la FAO en Mesoamérica, Eva Bravo, subrayó que el 60 por ciento de las enfermedades infecciosas en humanos son de origen animal, y el 75 de las enfermedades humanas infecciosas emergentes también tienen un origen animal.
Pero eso no es todo, dijo, el 80 por ciento de los agentes patógenos que pueden utilizarse con fines de bioterrorismo son zoonóticos, ello sin mencionar las pérdidas económicas de esos padecimientos, enfatizó Bravo.
Por la parte cubana, la coordinadora de la misión técnica, la investigadora titular del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, María Irian Percedo, socializó algunas de las experiencias del trabajo intersectorial para la implementación de la estrategia nacional de Una Salud.
Percedo explicó que para Cuba se define como la estrategia para el logro de la salud óptima de las personas, animales, plantas y el ambiente mediante acciones de prevención, control y respuesta rápida ante cualquier peligro.
Acciones que deben desarrollarse a través de la colaboración intersectorial y multidisciplinaria, desde las comunidades hasta el nivel nacional, maximizar el uso racional de los recursos del país, y que garantice el desarrollo armónico y sostenible de la sociedad.
Dentro de las capacidades existentes en la isla, indicó, resaltan fortalezas como el compromiso y voluntad política, estudios territoriales de sobre desastres sanitarios en animales, plantas y personas, y programas de prevención y control de enfermedades.
Acompañados de sistemas de vigilancia epidemiológica, laboratorios de diagnóstico y centros de referencia e investigación para diferentes peligros en sectores responsables, instituciones docentes, un plan de Estado para enfrentar el cambio climático (Tarea Vida), entre otros.
No obstante, existen dificultades en el desarrollo e infraestructura desigual en redes de vigilancia y de diagnóstico en los diferentes sectores, déficit de reactivos, obsolescencia tecnológica, débiles acciones intersectoriales, insuficientes mecanismos de colaboración. Hasta el momento entre las áreas de trabajo prioritarias identificadas se encuentran la vigilancia epidemiológica y diagnóstico, resistencia antimicrobiana, zoonosis y la inocuidad y seguridad alimentaria, resaltó Percedo.