Ireno García nació en la Ciudad de la Habana el 24 de septiembre de 1954. Fue uno de esos trovadores con un trabajo magnífico que ha perdurado durante varias décadas, por su sensibilidad y ese fervor de leyenda con que le cantaba a la vida, a la cotidianidad y a las pequeñas ofrendas del amor. Un juglar que sostuvo una obra muy sólida y creíble, con un poder de convicción reconocido en el ámbito de la canción de autor y entre sus seguidores.
Compartió escenarios, grabó y colaboró con la mayoría de los exponentes de la canción y la trova en Cuba: Silvio Rodríguez, Carlos Varela, Marta Campos, Santiago Feliú y Polito Ibáñez, entre muchos más.
En su haber como compositor cuenta con la creación junto a Mike Porcell del himno del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se realizó en Cuba. En la década de los años ochenta, participó en un programa que promovía a jóvenes compositores, donde Silvio Rodríguez defendió su pieza “Canción para recordar a María” y en el cual recibió premio.
Dueño de un repertorio sólido con canciones profundamente hermosas, en las que se deslizan historias de gran hondura humana como Querencias, Peticiones, Lejanía, A la deriva, La rueda de la suerte, Fábula de mayo, La fuente, Ahora, María Fernanda, Baladas de fin de marzo y el popular Andar La Habana, fueron del deleite del público cubano.
El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau fue uno de los refugios más entrañables para este trovador habanero, que le permitió presentarse en espacios como “A guitarra limpia” y grabar discos llenos de canciones memorables, conjuntamente con las descargas, junto a la actriz Coralia Veloz.
“La obra de este trovador representa una excelente muestra de talento y sensibilidad”.
Fue miembro de la UNEAC y por sus méritos recibió la Distinción Por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier y la Moneda 50 Aniversario de la Fundación de la Nueva Trova.
Llegue a familiares y amigos nuestras más sentidas condolencias.
Fuente: Instituto Cubano de la Música