Cuando los diputados cubanos intervienen en las comisiones que desarrollan sus labores en el Palacio de Convenciones, lo hacen con mucha propiedad.
Los debates que se desarrollan en diferentes salas vienen antecedidos de un escrutinio muy minucioso en las comunidades y provincias, que tienen como protagonistas a los diputados cubanos que han sido elegidos por estos territorios.
La asamblea estableció entre sus criterios de actuación las visitas trimestrales a los municipios, un estilo de trabajo que demuestra que no solo buscan enriquecer los intercambios, sino también trasmitir argumentos a los electores sobre el estado de solución de asuntos muy complejos.
El debate generado hoy en las Comisiones de Órganos Locales y de Atención a la Niñez, la Juventud y a la Mujer con la presencia del presidente Miguel Díaz-Canel y Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, resultaron una muestra del papel actual de nuestros diputados en la base, fuera de una sesión ordinaria, en sesión permanente durante todo el año.
Con la mirada puesta siempre en el ser humano, los debates profundizaron en el papel de los grupos de prevención a nivel del barrio. Se trata de un mecanismo que tributa a incidir sobre las causas y condiciones que inciden en la identificación de familias y personas en condiciones de vulnerabilidad, para implementar estrategias de incorporación al empleo o el estudio, o al mejoramiento de las condiciones de vida, alejado de todo enfoque asistencialista.
Si bien es cierto que hay políticas establecidas en el tema de la asistencia social, el trabajo con los más vulnerables y en la labor de prevención comunitaria, permanecen aún problemas no resueltos para evaluar el cumplimiento de estas políticas que son de Estado. Las principales insuficiencias están en el municipio, la localidad.
En ese camino se encaminaron los profundos debates de estas comisiones en un contexto donde la prevención y asistencia social, no pueden tomarse a la ligera porque es la concreción misma de la esencia del proyecto social socialista cubano, que toca más de cerca la piel de las personas, y debe tener una mayor articulación entre todos los programas aprobados que apuntan hacia propósitos comunes: la prevención y atención en la comunidad.
El gran desafío está en ¿cómo protegemos y atendemos a personas, incorporándolas a la sociedad, sin una mirada meramente asistencialista? La prevención tiene un alcance más allá de los grupos diseñados en los Consejos Populares o los municipios, sino a través de una mirada más integradora de todas las instituciones.
Es un asunto estratégico, y por eso la discusión tomó tiempo porque nos incluye a todos.