El mundo tiene muchas Claras

El mundo tiene muchas Claras

El teatro es fuente renovadora, inspiración y denuncia de males sociales, espacio para reflexionar y empatizar con el público. Ser espectador no es tarea fácil pero ser directora, guionista y actriz es todo un reto en la Cuba de hoy, dónde abordar temáticas de género es tarea de almas comprensivas y nobles.

Clara es el reflejo de muchas mujeres, empoderadas, alzadas, discriminadas y abusadas, de todas las que luchan y de las que por miedo callan también. Es el resultado de la investigación y el esmero de Liliana Lam, quien desde hace varios años trabaja para conseguir ese mejoramiento humano y de conciencia que tanto se necesita.

Escuche también la propuesta radial de esta en entrevista…

¿Qué te motivó a escribir un monólogo cómo Clara?

“Clara es uno de los personajes que más impacto social ha tenido. Es un personaje que tiene una mezcla de matices muy fuertes, que van desde la simpatía hasta el dolor. Entonces surge  ese deseo de que Clara tuviera su propia voz, su propia plataforma para poder expresar sus miedos, sus logros e inquietudes;  me llamaba mucho la atención por eso me animé a escribir este texto y porque siempre pensé ¿Qué habría pasado? ¿Qué sucedió después de la demolición del kilómetro cero? Sobre todo con Clara que era la bartender de el bar kilómetro cero”, comentó en entrevista Liliana Lam.

“Porque bueno, los demás muchachos igual se mueven por la ciudad, buscan otro sitio pero el bar es una cosa física. Al no estar hay que reinventarse. Entonces por ahí partió la idea y la defensa también”.

¿Qué significado tiene para usted ser una de las pocas directoras de teatro que sensibilice temas como este?

«Bueno eso se ha vuelto digamos un ikigai en mi vida, ¿no sé si conoces la palabra Ikigai?,  la palabra es japonesa y significa motor impulsor, razón de vida. Entonces, ¿qué pasa?, que para mi es muy injusto que exista  discriminación, que una persona por su preferencia sexual o por su identidad de género sea juzgada, tirada para un lado, hablando como los cubanos. De ahí parte ese deseo en mi, de trabajar estos temas y luchar por esa equidad, por esa igualdad, por los derechos de la mujer, por el respeto, por la tolerancia y significa tener una voz comunicadora desde el teatro. Utilizar el teatro como una herramienta para el cambio social. Significa poder, o sea, significa pensar que se puede en un futuro mejorar la sociedad en sentido general, la sociedad para mis hijas, que hoy por hoy son niñas pequeñas, pero que crecerán y me encantaría que vivieran en un mundo con mayor justicia social».

Frank Andrés Mora y Pedro Rojas son quienes le dan vida a los grandiosos personajes de: la Chiqui y Clara, principales voceras teatrales de la violencia de género, la discriminación hacia la mujer y las personas con un gusto diferente. Más que interpretar, se trata de sentir y vivir, imprimirle sentimientos a la puesta en escena tal como ellos hacen.

¿Cuál es el mensaje que deja Clara a su público?

«El mensaje que deja Clara es esa sensibilización hacia personas que quizás no son ni iguales, ni parecidas,  porque además,  cada ser humano es único e irrepetible, pero se merecen un espacio, un sitio en este mundo en que se les respete, comentó la entrevistada».

(Por Daniela Zaldivar, estudiante de Periodismo)

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