Un ambiente festivo muy particular recorre La Habana, y luego todo el país, cuando comienza la Feria Internacional del Libro.
Con la inauguración este jueves del evento cultural más masivo del país en su sede principal de la Fortaleza de La Cabaña, inicia para cubanas y cubanos otra cita con lo mejor de la literatura de nuestro país y del mundo, comenta el periodista Francisco Rodríguez Cruz.
Múltiples son las motivaciones que llevan a las personas a la Feria del Libro. Desde el simple paseo y entretenimiento, hasta la participación más especializada de escritores, investigadores y público lector que van en la búsqueda de determinados títulos o autores específicos.
La participación de Colombia como país invitado de honor promete también convertirse en una importante oportunidad para acercarnos a esta nación vecina que tantos puntos de contacto guarda con la cultura y la idiosincrasia cubana, cuna además de grandes escritores y amigos de la Isla.
No obstante, las restricciones económicas que han hecho mella en la impresión de nuevos títulos, empiezan a llegar noticias por todas partes de esta o aquella presentación, y uno quisiera poder dividirse en varias personas para alcanzar a estar en tantos sitios al mismo tiempo.
De hecho, la organización de esta megaferia este año dará continuidad a la idea de descentralizar las actividades por distintos puntos de la capital, lo cual hará más flexible su programación y facilitará el acceso del público.
Habrá además que seguir haciendo énfasis en que el aporte cultural y el crecimiento literario sea el principal valor añadido de la cita editorial, para que entre sus resultados pueda estar el incremento real y tangible del hábito de la lectura, una práctica que según apreciaciones empíricas, podría haberse resentido en los últimos lustros.
La confluencia entre las tecnologías más avanzadas de la comunicación y el mundo digital con la literatura y el arte, es un asunto al cual dar toda la prioridad que merece.
Ya constituye un propósito expreso de estas Ferias que el enamoramiento por la buena literatura llegue a las nuevas generaciones en los soportes y por las vías que más atractivos les resultan.
Los libros electrónicos y la difusión literaria en diversos formatos digitales no solo son ya una respuesta emergente ante las limitaciones de papel, sino que tienen un público cada vez más habituado a su consumo.
La industria editorial cubana también tiene ante sí grandes responsabilidades en el camino de resultar a la vez una opción económicamente viable, sin dejar de difundir y promover los mejores valores literarios.
Para la sociedad en su conjunto, y en particular para las instituciones educativas y culturales, la Feria constituye una oportunidad ideal que les puede permitir hermanar el conocimiento con la diversión, el aprendizaje con el entretenimiento, a través de ese tesoro del saber humano que se transforma, pero que siempre será, el libro infinito.
(Fuente: Haciendo Radio)