El Guapo es un pueblo de la región de Barlovento, en el Estado venezolano de Miranda, con mucha historia, tradiciones y cultura.
Este pintoresco lugar de montaña, enclavado al sur del municipio Páez a orillas del río Chuspita, tiene gente muy humilde y noble. Hoy es un lugar donde se percibe tranquilidad, pero allí se daban situaciones de violencia. Sin embargo su nombre, lejos de lo que muchos piensan, tiene un origen singular, como nos cuenta el Doctor Leandro Mola Ortiz.
“En la historia que ha recorrido esta comunidad, cuando se fundó en el año 1742, las personas presumían, se vestían elegantes, bonitos y eran calificadas como guapas, en esa época eran terratenientes con recursos monetarios, tenían buen vestir y se les puso la palabra guapo para identificarlos, así quedó el nombre de la localidad”, señala.
El Doctor Leandro es el Jefe del CDI El Guapo, donde labora una brigada médica integrada por 22 colaboradores cubanos, quienes atienden 37 comunidades, con un 80 por ciento de la población que habita en las áreas rurales de los cerros.
El Doctor Mola Ortiz explica otros detalles de la institución, que cuenta con “servicios de Laboratorio, Ecografía, Urgencia y Cuerpo de Guardia con un Diplomado de medico intensivista. Las patologías que más enfrentamos son el embarazo en la adolescencia y las infecciones vaginales, al igual que el asma bronquial, con muchas crisis en los niños, un alto número de pacientes asisten a consultas para nebulizarles o suministrarles oxígeno”.
También añade que en la población de más de 15 mil personas, hay muchos casos de malnutrición, por inadecuado manejo alimentario en las edades tempranas de los bebés, manifestaciones de deshidratación y enfermedades como hipertensión y en cuanto a los problemas respiratorios, son muy comunes porque estas comunidades están ubicadas en el área rural, de los cerros, donde hay un clima caluroso.
“Más del 80 % de la población vive en los cerros, y en otras poblaciones alejadas está el embalse más grande de agua de Barlovento nombrado La Represa, ahí hay una comunidad que lleva el mismo nombre, donde se presentan muchos padecimientos”, precisa el galeno.
Caminando por el Guapo, muy cerca del CDI, nos encontramos en un puesto de venta de viandas y frutas a Carmen Vázquez y su hijo Cleiver Ortuño, quienes no hallaban las palabras para agradecer a esos hombres y mujeres de batas blancas que cambiaron las vidas de su comunidad.
“Espectacular, chévere, yo estuve especializado ahí hace dos o tres meses por una infección urinaria, me atendieron muy bien, mi recomendación a los médicos cubanos es que no se vayan, uno se encariña con ellos, son muy grandes”, dice Cleiver.
Entretanto, Carmen nos cuenta: “me lesioné el peroné y la atención fue inmejorable, me van a hacer sesiones de fisioterapia, los médicos cubanos son muy dulces, todos los días pasan por aquí, me saludan, los felicito por su labor, y les digo que no desmayen, que sigan atendiendo con ese amor a los venezolanos”.
El pueblo se encuentra separado unos 2 kilómetros de la autopista Rómulo Betancourt hacia Oriente, en medio de un paisaje rural de campos muy verdes. Hasta los sitios más intrincados llega la Brigada médica cubana.
“Hay varias escuelas, dos liceos, pero como la población es rural por la lejanía o por la situación monetaria no van a la escuela, entonces eso es una causa que propicia los embarazos en la adolescencia, también hay muchas mujeres con infecciones vaginales porque el agua viene turbia, las embarazadas que no tienen acceso al agua comunal se bañan o se asean en ríos”, dice el Doctor Leandro.
Ante este escenario, asegura que se hacen charlas educativas, para incrementar la educación sanitaria de los pobladores, y también se entregan medicamentos, si es necesario.
“Hacemos jornadas médicas, médicos y enfermeros llegamos a la población, les hablamos del correcto aseo, de una correcta alimentación, y si viene una embarazada con peligro para su vida, localizamos una ambulancia y se remite al hospital más cercano, en Río Chico”, explica el Jefe del CDI.
Para este joven especialista, estar en este sitio intrincado, rural, de montaña es un gran desafío, pero también el orgullo de sentir que dirige un colectivo de profesionales respetados y queridos por el pueblo.
“Sí valoran mucho lo que hacemos, nos saludan y nos dicen gracias, doctor, por estar acá, la población es muy agradecida con nosotros y con el trabajo que estamos realizando”, asegura con orgullo.
Lo ratifica Carmen, la señora que vive en El Guapo, que trabajó muchos años con los médicos cubanos y que ha visto crecer esta colaboración para el bienestar de su gente.
“Trabajé con ellos, como 4 o 5 años, por la Misión Barrio Adentro, fui defensora de la salud en la comunidad, y los cubanos son excelentes compañeros de trabajo. Cuando comenzamos no teníamos Centros ambulatorios ni CDI, luego se hicieron entidades asistenciales, pero iniciamos los servicios en una casita y hasta debajo de una mata, aprendí con ellos, hoy laboro en este puesto de expendio de productos alimentarios, pero me considero buena enfermera gracias a los cubanos; mi pedido, que sigan así, que cuiden a nuestro pueblo, que se lleven el cariño de Venezuela, porque ellos lo merecen”.
Así en el Guapo, vibra el amor de un pueblo a una Brigada Médica que en la zona montañosa de Barlovento defiende la vida.
Detalles en la propuesta radial.