Por: Alejandro Cosme Quiñones
Hoy la producción de alimentos es un tema central en la economía cubana y motiva iniciativas sustentables para minimizar los efectos del criminal bloqueo económico, comercial y financiero recrudecido por el gobierno de Estados Unidos.
Luis Enrique Rodríguez Expósito es de los pobladores que le tiene amor a la tierra que siembra. Hace ya más de 18 años, y con autorización para realizar la tarea en el área que ocupa, este productor se beneficia con sus cosechas y en muchas ocasiones colabora con la alimentación de sus vecinos.
Él es un moronero con juventud acumulada y con muchos deseos de hacer producir la tierra. Además, es un vecino admirado por todos, con 2 hijos y una mujer que lo sigue en sus andares. Este campesino de corazón, sin molestar a nadie, cada jornada le pone corazón a su tarea.
Cultivando su pedacito, muestra un patio donde aprovecha la tierra sembrada con matas de plátanos de varios tipos, chirimoyas, aguacates, ciruelas, mangos, peras, cocos y hasta café, además de plantas ornamentales y medicinales, algunas de estas siembras, nos enfatiza, enmarcadas en un proyecto para el 2030.

En conversación amena, Rodríguez Expósito nos comenta:
Los plátanos son el fuerte y tenemos ahora resembrados todos los hijos para que se fortalezcan y siga la producción.
«Si un don tengo, es mi relación con la tierra», así afirma este guajiro, que según él, muy temprano comprendió cuánto tiene de verdad la frase martiana de que la tierra es la gran madre de la fortuna.
Para Luis Enrique, el éxito está en siempre hacerle algo nuevo a la tierra, en cultivarla, que germinen las cosechas, que la familia tenga algo que comer en el plato. No niega que da dinero, pero a costa de sacrificios inmensos.


