La historia corre de boca en boca. Cada generación de colaboradores la cuenta y la guarda como inspiración. En el Estado venezolano de Anzoátegui están las huellas de Fidel y de Chávez y se reviven como si ahora mismo, el líder cubano saliera casi furtivamente, sin que nadie lo supiera, de la Casa de visita 101 en los Campos de Guaragao para encontrarse y abrazar a los especialistas cubanos que cumplían su misión.
El Doctor José Antonio Rubio Becerra es el Jefe de Misiones Sociales en Anzoátegui y se emociona sólo de imaginar cómo sería aquel momento.
“Nuestro Estado tiene hechos históricos trascendentales. En junio del año 2006 nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro junto con el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías desarrollaron en el país reuniones para el cumplimiento de los Acuerdos Cuba-Venezuela y uno de esos encuentros tiene lugar en el Estado Anzoátegui, en Puerto la Cruz, Campos de Guaragao”,
Más adelante rememora que “la vivienda 101 fue sede del evento y esta historia es algo que se transmitió de generación en generación de colaboradores, y que atesora la Misión Médica en este Estado, Fidel se entera que cerca de la vivienda donde él estaba, se encontraba la Coordinación del Estado Anzoátegui, y nadie sabe cómo, con su alma de niño salió caminando hacia allí una noche para conversar con los cubanos que estaban prestando sus servicios y se alojaban en ese sitio”.
Fueron emociones indescriptibles cuando se supo que Fidel se “le había escapado” a Chávez.
Según las vivencias que ha recogido el Doctor Rubio “los colaboradores sabían que él estaba en el sitio, hubo alguien que gritó ¡Ahí viene Fidel!, todos sabían que él iba en búsqueda de los colaboradores, entonces cuando toda la delegación cubana y Chávez vieron que el Comandante iba caminando por la lomita, todas aquellas personas que le acompañaban, lo siguieron en una marea de personas que siguió al gigante con aquel gran tsunami que él desencadenaba donde quiera que estaba”.
La venezolana Yuli Gil tiene 22 años de servicio en la Casa Presidencial 101, en los Campos de Guaragao. De su vida laboral, ningún momento ha sido tan emotivo como aquella semana del año 2006, cuando pudo ver ante ella a dos grandes.
“Fue una cosa inolvidable, emocionante, tener dos personas como el Comandante Chávez y el Comandante Fidel, fue una impresión inmensa, yo veía a Fidel de otra forma, pero cuando lo tuve ante mí, lo aprecié tan blanquito, con esos cachetes rosados, muy simpático, nos echó broma, nos dijo ustedes son gordos, aquí se le hizo parte de su comida, pero se cuidaba mucho”.
Según cuenta el Doctor Rubio “se intercambiaban fotos de trabajo entre los dos Comandantes y los colaboradores, imagino que fue un encuentro inolvidable, mucho tiempo después, cuando Fidel nos despidió en Cuba, nos tomamos fotografías con él y me imagino que los mismos sentimientos de los que vinimos en los primeros vuelos, fueron los que sintieron aquellos colaboradores que vieron cómo Fidel se preocupaba por ellos, esas imágenes del encuentro en Guaraguao se conservan en nuestra computadora y las hemos ofrecido para nuestra historia”, asevera.
Jim Salazar es supervisor de la Casa Ejecutiva del Campo Residencial Guaragao, Calle 1. Él también es testigo de aquella página de la historia que entrelaza a Cuba y Venezuela y a dos Comandantes.
“Es algo histórico que pocas veces se ha visto, fue un arduo trabajo para atenderlos con entrega y dedicación, pero muy contento de haber sido protagonista de ese momento inolvidable”.
¿Qué imagen guarda de las imágenes de Fidel y Chávez?
“Se veían muy alegres, se notaba la admiración y el cariño entre ellos, Fidelera jovial, solicitaba mucho café, aquella noche “se escapó”, llegó a la casa 102, la sede principal de los colaboradores cubanos, y aquello fue muy grande, contento y feliz de haber sido testigo de ese momento, que forma parte de nuestra historia, para que más adelante todo el mundo sepa de estos momentos inolvidables en Puerto la Cruz”.
Según recuerda Yuli: “era de noche, como la una, dos de la madrugada, el Comandante Chávez cuando no encontró a Fidel se asustó, no sé cómo, pero debe haber habido cómplices, Fidel no acataba ordenes y si era para ver a los cubanos, mucho menos. Fue emocionante, imagínese, los cubanos lloraron de felicidad, algo inesperado, estoy muy feliz de haber sido testigo de ese encuentro, ya pasé a la historia”.
Para el Doctor Rubio, atesorar estos recuerdos “establece más compromisos, transmitimos la historia a los más jóvenes cuando llegan aquí y nos da mucha satisfacción que en el lugar donde está la Coordinación estén los pasos de dos gigantes, que debemos seguir, porque es nuestro deber, nuestro compromiso, seguir la obra que ellos iniciaron, siempre le decimos a los integrantes de la Colaboración que la deuda con la Revolución es eterna”.
Así fue el día de junio del 2006, aquella noche en que Fidel en Anzoátegui “se le escapó” a Chávez para abrazar a los colaboradores cubanos, una historia que se atesora hoy como una página inolvidable en los hermosos parajes de los Campos de Guaragao.
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