Amigos en las buenas y en las malas el cubano demuestra amistad y no tolera la hipocresía; es agradecido y sincero y le duelen las injusticias que ocurren en cualquier lugar del planeta.
No es ocioso afirmar que la Revolución amplificó esas cualidades solidarias a partir de enero de 1959.Por ello aprendimos a defender las causas justas, ayudar a los pueblos amigos hasta con nuestra propia sangre, y compartir con ellos no lo que nos sobra sino lo que tenemos para nosotros.
Así somos los cubanos; muy pocas veces callados y con frecuencia bullangueros y cuenteros. A serviciales no hay quien nos gane. Si usted dice en público que el menudo de dinero que posee no le alcanza para subir al ómnibus, siempre habrá una mano o más, que se extenderán para darle lo que le falte, igual sucede si necesita un medicamento, será muy difícil que teniéndolo algún vecino o amigo no se lo proporcione. Su solidaridad con todos está más que probada.
Si se quiere comprobar lo comunicadores que somos basta sólo con asistir a una consulta médica en un hospital, policlínico o médico de la familia o cualquier otro lugar.En menos de media hora podremos conocer la vida y milagro de la persona que tenemos al lado y a la inversa, porque por lo general en esta Isla del Caribe la gente es compartidora de sus realidades y, sobre todo, muy humana.
El escenario puede cambiar y el encuentro ocurrir en una parada de ómnibus cuando se ve el tiempo pasar y la demora se hace cada vez más insoportable: es entonces cuando se comienza a conversar sobre el mal funcionamiento del transporte y se tocan disímiles temas nacionales e internacionales, por lo que la espera se hace más llevadera.
El cubano es alegre por naturaleza. Aún en las peores situaciones sonríe y hace chistes, se echa los problemas a la espalda y sigue adelante. Esto se demostró de forma indiscutible durante la década de los 90 en pleno período especial, donde puso a prueba su creatividad con las decenas de soluciones que a diario encontraba a las carencias de los duros años de crisis económica.
Tras el huracán Katrina que asoló la ciudad de Nueva Orleans en septiembre de 2005, Cuba creó el “Contingente Internacional de médicos Especializados en las Situaciones de Desastres y Grandes Epidemias Henry Reeve” – en homenaje a un ciudadano estadounidense que participó en la Primera Guerra de Independencia de Cuba en el siglo XIX– compuesto por 10.mil médicos. A través de este el pueblo cubano brinda su apoyo solidario en cada país que lo necesita y cura las heridas del cuerpo y el alma de todos los que lo necesitan.
En días de crisis económica el pueblo de la mayor de las Antillas no duda en compartir con el que menos tiene : medicinas y alimentos, así como otros artículos.. Sin pensarlo dos veces el cubano comparte con la familia, vecino y amigos.
El cubano va por la vida orgulloso de sus raíces africanas, españolas y chinas que le aportaron las cualidades que posee y que lo distinguen en cualquier lugar del mundo.