No se trata de una quimera pensar que es posible convertir el cerebro en una poderosa máquina de pensar. Solo se necesita interés y voluntad para hacerlo.
Los especialistas consideran que existen dos principios básicos para mantener la agudeza y la salud mental a medida que se envejece: la variedad y la curiosidad.
Cuando todo lo que haces se convierte en una “naturaleza arraigada”, es momento de acometer un cambio. Si puedes hacer el crucigrama hasta con los ojos cerrados, es hora de que cambies a un nuevo reto para poder sacarle el mejor rendimiento a tu cerebro.
Hasta lo más sencillo se torna complejo cuando se toma la decisión de profundizar en alguno de sus aspectos que llama la atención.
La curiosidad sobre el mundo que te rodea, el cómo funciona, así como, entenderlo, mantendrá el cerebro funcionando a más velocidad y de forma eficiente.
Para lograr lo anterior se recomienda leer un libro que trate sobre un asunto que te sea completamente novedoso. Una novela que transcurra en un lugar desconocido. Aprender algo de economía. Existen multitud de libros populares excelentes que tocan temas de no-ficción y que además de entretener cumplen el cometido de enseñar un montón de cosas sobre un tema concreto.
Conviértete cada semana en un experto en algo nuevo. Diversifica un poco tus lecturas, abandona los temas que te son familiares. Si normalmente lees libros de historia, pásate a una novela contemporánea. Lee a autores extranjeros, a los clásicos y elige otros al azar.
Tu cerebro no sólo se verá beneficiado por tener que trabajar imaginando otros períodos históricos, otras culturas y otras gentes, sino que además obtendrás historias interesantes que contarle a los demás.
Por otro lado, los juegos son una forma sorprendente de excitar y retar al cerebro. Los crucigramas y juegos electrónicos son formas estupendas de mejorar la agilidad cerebral y la capacidad de memorizar. Estos juegos se basan en la lógica y en las capacidades verbales y matemáticas, además de ser divertidos.
Pasa el día realizando acciones con tu mano no dominante. Si eres zurdo abre las puertas con la mano derecha. Si eres diestro intenta usar las llaves con la mano izquierda. Esta sencilla tarea hará que tu cerebro establezca algunas conexiones nuevas y tenga que repensar la forma de realizar las tareas diarias.
Apréndete los números de teléfono de los amigos. Los móviles memorizan los números de quienes nos llaman. Nadie ha vuelto a esforzarse en recordar los números de teléfono, pero es una estupenda actividad para ejercitar la memoria. Apréndete uno nuevo cada día.
Tu cerebro necesita también que comas grasas saludables. Céntrate en las de pescado como las del salmón, frutos secos como las nueces, y aceites como el de linaza u oliva. Ingiere más esta clase de alimentos y reduce las grasas saturadas. Elimina por completo los ácidos transgrasos de tu dieta.
Evita las rutinas. Tenemos pasatiempos que podemos hacer durante horas. Pero cuanto más nos habituamos a una tarea se convierte en una naturaleza arraigada y menos trabaja nuestro cerebro al hacerla.
Para ayudar de verdad a que tu cerebro se mantenga joven, rétalo. Cambia la ruta hacia el supermercado, u otro lugar que utilices a diario y cómete primero el postre en el almuerzo o comida. Todo esto forzará a tu cerebro a despertarse de sus hábitos y a prestar atención de nuevo.
En auto, o a pie, busca nuevas rutas para llegar a donde quiera que vayas. Este pequeño cambio en la rutina ayuda a practicar con la memoria espacial y las direcciones. Intenta cambiar de acera y altera el orden en que visitas tus tiendas preferidas.
Aprender una nueva habilidad pone a trabajar a múltiples áreas cerebrales. Aprende a cocinar o a construir un avión con palillos, todo sirve para retar al cerebro y darte cosas nuevas en las que pensar.
Las listas son maravillosas. Hacerlas ayuda a asociar unos datos con otros. Haz una de los lugares a los que has viajado. Otra con todas las comidas sabrosas que has probado. Haz una mental diaria para ejercitar a la memoria y conseguir nuevas conexiones cerebrales. Pero no dependas demasiado de ellas, haz una lista con todo lo que necesitas comprar, pero luego trata de no usarla en el supermercado. Haz lo mismo con tu agenda de quehaceres diarios.
Encuentra algo que te cautive, que puedas hacer fácilmente en casa y que no cueste demasiado dinero. Fotografías con una cámara digital, aprende a dibujar o a tocar un instrumento, practica nuevos estilos de cocina o escribe sobre algún tema que te interese. Todo lo anterior te hará sentir más motivado y dispuesto a enfrentar nuevos desafíos con la decisión de cumplirlos.