El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó este martes la tradicional marcha cívica en Baracoa para conmemorar el 130 aniversario del desembarco de Antonio y José Maceo, Flor Crombet y otros 20 expedicionarios por las costas de playa Duaba, un hecho que afianzó el reinicio de las luchas por la independencia en 1895.
La marcha, considerada una de las más antiguas –con más de un siglo de tradición- recorrió los cuatro kilómetros desde el consultorio “El Gremio” hasta la playa Duaba, lugar por donde los jefes mambises llegaron tras siete días de travesía desde Costa Rica.

A lo largo del camino los baracoenses saludaron al Presidente. A la orilla de las aceras, desde las ventanas y los balcones, dentro de la marcha, niños, jóvenes, adultos de la primera villa cubana expresaron cariño y admiración por el dignatario, que estuvo acompañado por el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda.
Al dar la arrancada de la caminata el dirigente municipal del Partido, Roeldis Ramos Tomasén, mencionó que esta tradición baracoense recuerda la actitud del coronel Félix Ruenes (patriota local), quien convocó -con su grito de “Viva Cuba Libre, ha llegado el general Antonio”– a sus compatriotas a sumarse a la guerra necesaria.

Frente al obelisco de mármol blanco, con el nombre de Maceo estampado en negro se desarrolló un corto y emotivo acto bajo un sol intenso. Por las costas de Duaba un grupo de jóvenes rememoraron el desembarco y también, la primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Meyvis Estévez Echevarría, defendió que el legado de Maceo no es un recuerdo del pasado, es una guía del presente y una inspiración para el futuro.
Luego de depositar una rosa roja en el monumento que marca ese altar de la Patria, muy cerca de las aguas de playa Duaba, a la sombra de los árboles, Díaz-Canel compartió un revelador, patriótico e inspirador diálogo con un grupo de jóvenes, quienes comentaron sobre sus experiencias de vida y el inolvidable recuerdo que deja esta encantadora e histórica ciudad.
El médico Dielber Castro Terrero comentó sobre su experiencia en los difíciles días de recuperación tras el paso del huracán Oscar, mientras que Iria Pérez López, una futura estudiante de Relaciones Internacionales, compartió su experiencia al pasar el servicio militar activo en la Brigada de la Frontera a escasos metros de la base naval de Estados Unidos, en Guantánamo.

Para los jóvenes fue muy especial contar con la presencia del realizador Roly Peña, director de la serie «Duaba: la odisea del Honor», quien confesó que por lazos familiares fue que llegó a la historia de Maceo y su llegada a Duaba para unirse a la guerra organizada por José Martí.
De este pasaje histórico que inmortalizó en una serie, el artista reveló una esencia. Las discrepancias entre los generales Crombet y Maceo, se echaron a un lado, porque siempre – insistió- «la Patria está primero».
Uno ama lo que conoce y defiende lo que ama y por eso hay que venir aquí y desentrañar todo lo que ocurrió alrededor del 1 de abril de 1895, la fecha histórica y cultural más importante para Baracoa, dijo en el encuentro el historiador Elexis Fernández.

Al término del encuentro, el presidente Díaz-Canel destacó la importancia para la Guerra Necesaria que tuvo la llegada de uno de los principales jefes, el Titán de Bronce, el cual demostró que, 17 años después, sus ideas de Baraguá seguían vivas.
Los riesgos y las adversidades formaron parte de la expedición desde Costa Rica a Duaba, en Baracoa. Venían en un barco, cambiaron a una goleta, el mal tiempo, la persecución española, por eso le llaman la expedición del Honor, porque así también se nombraba la embarcación, comentó el presidente Díaz-Canel.
Hoy, con ese mismo honor y heroísmo el pueblo cubano enfrenta no pocos desafíos. Esa historia nos inspira, sentenció el mandatario.

Este nuevo homenaje y acercamiento a la historia que define la tradición e idiosincrasia del pueblo cubano constituyó una oportunidad para reflexionar sobre el legado y la vigencia de los hechos que acontecieron hace 130 años, pero que, cómo ha insistido el presidente Díaz-Canel, están cargados de aleccionadores mensajes para los desafíos presentes y futuros.
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