Cumplir, no fallar ante la confianza depositada en él, esa es la divisa del Doctor cubano Rey Tur Pupo, Coordinador del Centro de Diagnóstico Integral (CDI), “Alberto Lovera” en la comunidad de Lechería, perteneciente al Estado venezolano de Anzoátegui. Si se trata de dar solidaridad y tender puentes de amor, este joven profesional asegura que con las nuevas generaciones siempre se podrá contar.
“En estos momentos estamos en zona donde radican personas adineradas, que fluyen poco al CDI, porque asisten a clínicas privadas, pero los habitantes de las comunidades aledañas con bajos recursos asisten y nos agradecen mucho, contamos con salas de hospitalización y terapia donde brindamos apoyo asistencial a esos residentes de la localidad, ofrecemos de forma gratuita esos servicios, con calidad y el uso de tecnologías de punta en los diagnósticos para quienes los necesitan”, explica.
Para este joven, el cumplimiento de una misión internacionalista requiere de una alta preparación, convicciones firmes y dosis de amor, algo que nace desde la cuna, porque según considera “la responsabilidad se inculca desde pequeño, desde la escuela, también el aprendizaje con la familia, hoy escucho a ms profes y sigo sus consejos para dirigirme al colectivo y tomar decisiones, las vivencias aquí son gratas, realmente me siento muy agradecido con la Misión Médica Cubana y pueden contar con nosotros, la juventud es el futuro”, sentencia.
Casi tres años en Venezuela han curtido a este joven profesional, que hoy se siente más seguro, después de vivir experiencias difíciles pero enaltecedoras.
“Llevo 35 meses en la misión y guardo muchas anécdotas en este tiempo. Al llegar a Venezuela sentí miedo, pero me tuve que ubicar sicológicamente para cumplir las metas que nos planteamos y seguimos adelante, estuve en un inicio ubicado en el CDI de María Dolores, en Mapire, un pueblo que se encuentra a orillas del río Orinoco, en el sur del Estado Anzoátegui. Es la capital y una de las 6 parroquias del Municipio “José Gregorio Monagas” y allí la lejanía es terrible, hay poca afluencia de transporte, falta el fluido eléctrico, existen problemas con el servicio de agua, y nuestra institución es la única unidad médica en la zona, allí acuden todas las urgencias y en ese lugar hice mis primeras experiencias, por ejemplo, de realizar partos exitosos, con situaciones precarias, pero todos salieron a la luz con el favor de Dios”, recuerda este médico internacionalista, quien asegura rotundamente que “muchos jóvenes cubanos estamos al frente de cualquier tarea que nos pongan sobre nuestros hombros”.
¿Sobre la juventud, qué opinas? Yo pienso que la juventud no está perdida, al contrario, en medio de situaciones extremadamente complejas, cada día nos insertamos más al proceso revolucionario, hoy siguen vigentes las ideas de Fidel quien fue el iniciador de las misiones sociales, conceptos que vamos a seguir defendiendo bajo cualquier circunstancia”, expresa con orgullo.
Entonces, vuelvo al diálogo con este profesional que atesora tantos sentimientos ¿Qué te vas a llevar de Venezuela?
De Venezuela me llevo su amor, sus paisajes, su gente. Cuando pase el tiempo le contaría a mis familiares y amigos las grandes experiencias que viví aquí, mi formación profesional y humana; hoy estoy convencido de que las misiones te enseñan, te educan, te fortalecen, te arraigan el sentimiento revolucionario, se extraña nuestra tierra, pero de esta nación hermana lo amo todo, es muy bonito tener en el libro de mi vida esta historia”.
Y concluye con una convicción que lo enaltece: “Me siento muy agradecido de haber escogido mi profesión y demostrarme en Venezuela que todo lo que he logrado, lo que he podido ayudar a los demás, es el resultado del sacrificio que pasé, de mis estudios, de mi empeño por tratar bien a mis pacientes, considero que he sido mejor persona viendo el dolor ajeno, me he nutrido con eso y lo agradezco infinitamente. Hoy creo más en los jóvenes, porque con nosotros siempre se podrá contar”, concluye.
Ese es el Doctor Rey Tur Pupo, el joven que ha cumplido treinta y cinco meses en Venezuela, y que hoy, desde el Centro de Diagnóstico Integral “Alberto Lovera” de la comunidad Lechería, en el Estado venezolano de Anzoátegui, guarda una historia, una experiencia, un compromiso.
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