No somos pocos los que en Cuba esperamos con ansias la cosecha del aguacate, que tiene su auge en los meses de verano. Se trata de un exquisito alimento que tiene diferentes formas de prepararse, abundantes nutrientes y delicioso sabor.
En el país son muy abundantes esas plantas que muestran con orgullo en lo alto sus gajos repletos de frutos. Procede de Perú y México y por sus bondades no se debe pasar la oportunidad de incluirlo en la dieta diaria y aprovechar sus diversos beneficios.
Entre sus propiedades están que es rico en vitamina E, por lo que retrasa el envejecimiento; otras son la A, C, D, K y del grupo B; el contenido en omega tres del aguacate cuida del sistema cardiovascular. La masa es rica en grasas saludables (monoinsaturadas) y evitan que se acumulen grasas perjudiciales que puedan causar enfermedades.
Su contenido en magnesio favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso, muscular, así como, el del intestino delgado. También es importante para el sistema inmunológico.
Contiene ácido fólico, por lo que está recomendado durante el embarazo para evitar malformaciones del feto; además de mejorar la memoria en los adultos mayors. También es rico en potasio (conteniendo mucho más que el plátano), muy importante para un favorable funcionamiento muscular y nervioso, además de evitar la retención de líquidos. Al ser rico en fibra, regula los niveles de azúcar en sangre.
También disminuye la inflamación de las articulaciones, está recomendado para los casos de artritis, y ayudan a reparar los cartílagos gracias a los ácidos grasos esenciales y las vitaminas del grupo E.
Permite sentirse saciados por su aporte de fibras solubes e insolubles. La gran cantidad de ácido oleico activa las zonas del cerebro que nos hacen sentir “satisfechos”.
La semilla del aguacate contiene compuestos fenólicos que sirven para prevenir úlceras intestinales y también infecciones bacterianas o virales. Al contener flavonol, no permite el crecimiento de tumores.
Además de ser rica en aminoácidos, también contiene ácidos grasos esenciales, que aportan beneficios a nivel cardiovascular. La particularidad de estos ácidos es que el cuerpo no los puede sintetizar de forma natural, por lo que necesita incorporarlos a través de la alimentación.
Los que sufren artritis y otras dolencias similares encontraron en la semilla de este fruto un gran aliado para sus dolores. Su aceite le brindará un brillo superior al cabello y también servirá para curar y tratar la caspa. También tiene un efecto rejuvenecedor, aumentando el colágeno de la piel, para una apariencia más tersa y sin arrugas.
Se puede hacer una infusión con ella. Primero se retira la piel marrón que la cubre y con un rallador se vierte una cucharada en un vaso y se añade agua hirviendo, o bien se puede echar la ralladura en platos ya realizados como ensaladas y guisos.
La semilla del aguacate posee propiedades que van desde ayudar a la regeneración natural de la piel, hasta contribuir a la pérdida de peso, ayuda a proteger el corazón, reducir el acné y mejorar el asma.
Contiene en su composición sustancias antioxidantes que podrían neutralizar los radicales libres producidos diariamente en el metabolismo celular y que contribuyen al envejecimiento de todo el organismo.
Entre las curiosidades del aguacate sobresalen que en la antigüedad, con la semilla del aguacate se hacía una tinta que se usaba para escribir. Además se cree que el aguacatero existe desde hace dos millones de años y suele tardar de siete a 10 años en dar frutos.