Un abrazo extendido en nombre del pueblo cubano ofreció este viernes el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a 144 jóvenes palestinos que estudian medicina en Cuba, con quienes sostuvo un estremecedor encuentro en el Palacio de la Revolución. De ellos, 53 nacieron en la Franja de Gaza.
«Ustedes son los hermanos de nuestros hijos, que ese abrazo sirva para reconfortarlos, que sea un abrazo de solidaridad y un abrazo de esperanza», expresó el mandatario.
De igual manera, aseguró que «Palestina no está sola, porque hay muchos en el mundo que están levantando su voz por ese pueblo. Yo les ratifico que Palestina y ustedes siempre podrán contar con Cuba».
Estremecedoras historias fueron contadas por quienes han sufrido la pérdida de familiares y amigos debido al genocidio que comete Israel. El Doctor Bashar Rallad, graduado de la Facultad Manuel Fajardo de La Habana, originario de Palestina ocupada, precisamente de Galilea, aseveró que «esta es una guerra contra la humanidad, contra la moral y los valores». El residente de cuarto año de Cirugía pidió «paz para la tierra que nunca ha disfrutado de la paz».
En el encuentro también habló María Osmán, estudiante de cuarto año de Medicina, quien vive en la Franja de Gaza. Su casa ha sido destruida por los bombardeos y sus padres, periodistas de profesión, le han pedido no rendirse en sus estudios, «porque la Medicina es el trabajo más noble del mundo». «Levanta el nombre de Palestina», le escribieron su mamá y su papá, antes de que las comunicaciones con su familia fueran cortadas.
«Seguiremos luchando contra el ocupante hasta el último aliento de nuestras venas, hasta el último hijo de nuestros hijos, hasta el último olivo de nuestra tierra», aseguró la futura doctora.
Los testimonios fueron desagarradores…..Mohammed, quien solo hace nueve meses llegó a Cuba, afirmó que «un territorio no puede ser arrasado, ni un pueblo exterminado hasta el último habitante, porque siempre habrá un combatiente».
De igual manera, Samar, muchacha que también nació en Gaza, contó que perdió más de treinta familiares en apenas cuarenta días.
Al escuchar con atención cada historia, nacida del dolor y el orgullo patrio, el Presidente Díaz-Canel expresó que «los corazones de los cubanos vibran por Palestina»
Y entonces habló a los jóvenes, mientras sostenía en sus hombros el tradicional pañuelo blanco y negro que simboliza la lucha y la resistencia del pueblo palestino.
«Nosotros los vamos a cuidar para que ustedes se gradúen como médicos, porque ustedes son el futuro de Palestina», subrayó el Jefe de Estado.
En ese sentido, el presidente cubano ratificó la invariable solidaridad de Cuba con el gobierno y pueblo palestinos: «Cuba continuará la cooperación histórica con Palestina, fundamentalmente en la formación de profesionales.No estaremos entre los indiferentes. Condenamos en los términos más enérgicos el genocidio de Israel».
Los jóvenes palestinos contaron sus historias desde el dolor por los familiares y amigos perdidos, pero también desde el coraje, el valor y la resistencia de seguir luchando por la justicia, para que desde el río hasta el mar Palestina sea libre.
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