Cuba, representada por su Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, arriba a Nueva York con el eco victorioso de una Cumbre del G-77 y China. Recién llegado a la urbe, que es en estos días capital del mundo por acoger en sus predio a las Naciones Unidas, el Jefe de Estado fue esperado por el personal de la Sede Permanente de Cuba ante el organismo internacional.
Díaz-Canel entró en la sala y el Himno Nacional, notas patrióticas que emociona más si estás lejos de la Patria, se entonó con fuerza y fue preámbulo para unas distendidas palabras, en las que resaltó el éxito de la Cumbre de La Habana, concluida este sábado.
Realmente yo creo que fue una proeza lo que hicimos, comentó el dignatario. “Haber convocado a una Cumbre de esa magnitud en los momentos actuales, en medio de la situación que también tiene el mundo, y en vísperas de desarrollarse aquí la sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, era un reto grande”.
Sobre el evento que reunió en La Habana a más de 130 delegaciones, Díaz-Canel afirmó que se construyó realmente un consenso, lo que demostró “una comunidad de intereses”.
Argumentó que ese consenso se establece alrededor de temas, que son problemas comunes, como el orden económico internacional injusto, y a todas las desigualdades que ese estado de cosas provoca, la crisis climática (que ya no llaman cambio climático) y a todo lo que ella genera.
Más adelante ahondó en el tema que enarboló el foro, el de la ciencia, la tecnología y la innovación, subrayó que ese ámbito del saber deja en evidencia un grupo de brechas por cuenta de las cuales se han acentuado las diferencias a nivel global, en el acceso al conocimiento y discriminación por género.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido reflexionó que actualmente en el mundo “el 90% de las investigaciones científicas en Salud se dedican al 10% de las enfermedades que más muertes causan; y sin embargo, a las que causan el 90% de las muertes en los países del tercer mundo, solo se le dedica el 10%”. es decir, resumió, “se investiga para que quienes están muy sanos sigan sanos, pero no se investiga para que los enfermos se curen”.
Acerca del reconocimiento recibido por Cuba en su condición de anfitriona de la Cumbre, habló el Jefe de Estado. Muchos de los asistentes le comentaron -contó Díaz-Canel- que estaban “en el mejor lugar que podía existir para hacer una Cumbre como esta”. Hay “confianza cuando se habla en Cuba, cuando se asiste a Cuba; y eso permitió, además, ese consenso en los debates, y una fuerte declaración”.
Sin ningún viso de vanidad, ni de falso orgullo, el país quedó a una altura tremenda”, remarcó. Con esas vivencias aún frescas y mucho compromiso el dignatario consideró que esta semana en la ONU va a ser un evento complejo, difícil; pero venimos con la decisión de que también el país va a lograr una victoria diplomática y política; y esto tiene que ver mucho con lo que han hecho ustedes, tiene que ver mucho con el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores en todas nuestras misiones en el mundo; porque haber llevado tantas personas a Cuba en estos tiempos, y que tantas personas fuera también con una posición muy positiva, es muy importante”, enfatizó.
Esa alta convocatoria y participación, apuntó Díaz-Canel sobre el evento recién finalizado, le derrumbó el argumento a todos los que piensan que Cuba está aislada.
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