La Habana-. A los desafíos económicos, políticos y sociales que enfrenta Cuba, en medio de circunstancias difíciles en todos los ámbitos de la realidad nacional, y de un complejo contexto internacional, se refirió en su discurso el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar el Noveno Pleno del máximo órgano partidista, que durante dos días sesionó en La Habana.
La guerra económica y el recrudecido bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos, la tensa situación internacional, las propias insuficiencias del país y las luchas cotidianas para superar las adversidades guiaron las palabras del mandatario cubano.
Al analizar, de manera amplia y precisa, las dificultades actuales, reiteró la certeza de que «el momento es muy complejo, pero no insuperable».
«La prolongación en el tiempo de la política de bloqueo, unida al complejo escenario internacional, no menos adverso para Cuba por su impacto en los mercados, someten a toda la sociedad a una presión constante que agrava los problemas también de forma constante», acotó el mandatario.
De igual manera, puntualizó, que «el desgaste que producen esas presiones mantenidas y profundizadas durante seis décadas, forma parte del diseño original de la hostil política del gobierno norteamericano».
El Presidente de la República recordó que «Martí advirtió que a un plan enemigo corresponde responder con otro plan: plan contra plan. Para Cuba no hay más disyuntiva: frente al desgaste, la resistencia».
Díaz-Canel especificó que «no la resistencia como sinónimo de soportar, tolerar, sufrir, sacrificarse. Esa jamás podría ser nuestra concepción. La resistencia cubana es la respuesta que ha dado la nación a lo largo de su historia: una resistencia desde la rebeldía, desde la intransigencia, desde la fortaleza, la solidez, la energía, la vitalidad, fuerzas motrices que bien aprovechadas permiten crear, superando los obstáculos».
«Lamentarnos y optar por el sacrificio no está en los genes cubanos. Cuba ha llegado hasta aquí luchando y creando, hasta convertir los reveses en victoria», resaltó el Jefe de Estado.
A las respuestas impresionantes del pueblo, vividas en las últimas semanas en la recuperación ante desastres naturales que afectaron varios territorios del país, también se refirió el Presidente. Significó que «han contado en el lugar y en el momento más complejo, con la guía de mujeres y hombres del Partido y el Gobierno, cuadros de la Revolución que entienden bien el grado de sacrificio, entrega y ejemplaridad que demandan las responsabilidades de quienes están en la vanguardia».
Comentó, entonces, sobre los aprendizajes que se van generando de las visitas realizadas a todos los territorios del país.
Dijo que «tenemos muchos ejemplos que estamos viendo todas las semanas en los municipios y provincias que recorremos. Y mis preguntas siguen siendo: ¿Por qué unos sí se sobreponen a los desafíos, y otros no? ¿Es una cuestión personal de intransigencia y rebeldía ante las dificultades? ¿Tenemos o no tenemos potencialidades? ¿Qué hace falta para movilizar la fuerza y la energía del pueblo?».
Seguidamente subrayó: «Yo creo que, en primer lugar, hace falta lograr la mayor legitimidad y liderazgo en los cuadros, que solo es posible cuando demuestran ejemplaridad, convicción y firmeza política. Sólo así la capacidad de movilización y el compromiso del pueblo están garantizados».
«No es responsabilidad del pueblo, insisto una vez más. Es tarea, en primer lugar, de nosotros los dirigentes», reiteró el Presidente cubano. Y más adelante, argumentó: «La exhortación nunca ha sido a la “resistencia creativa” en abstracto, que a veces se queda en consigna. No es una consigna lo que buscamos ni necesitamos en estos momentos tan difíciles. Es una filosofía de combate y de trabajo».
Enfatizó que «el pueblo tiene que ver que su fuerza, su energía, su intransigencia ante lo mal hecho, se traduce en resultados, y que ello se revierte en condiciones de vida cada vez más favorables, que siempre ocurrirá cuando logremos levantar verdaderamente, la economía».
Díaz-Canel reconoció que, ante el imperio perverso y criminal que pretende estrangularnos, hemos recibido el apoyo de muchos a nivel internacional, de los que desean un mundo mejor, de paz, sin guerras ni conflictos, con justicia social, sin bloqueos ni medidas coercitivas.
«Una vez más, en medio de situaciones difíciles, que alcanzan hasta la emergencia, se confirma la esencia de ese bloqueo criminal y genocida, y de la guerra multidimensional que enfrentamos», aseveró el mandatario.
Entre sostenidos aplausos, Díaz-Canel convocó al heroico pueblo cubano a una marcha combatiente, el próximo 20 de diciembre, al concluir la sesión de la Asamblea Nacional Poder Popular, lo cual será un momento para expresar la condena enérgica al criminal bloqueo del gobierno de los Estados Unidos y a la inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo.
A las dificultades y obstáculos cotidianos que enfrenta Cuba dedicó una parte de su discurso el Primer Secretario del Comité Central del Partido. Insistió, además, en la importancia de sectores priorizados para que el país avance, como la producción de alimentos, el sistema electroenergético nacional, la estabilización macroeconómica, el necesario control de los precios, el proceso de bancarización, el perfeccionamiento de la actividad de comercio interior, y otros desafíos inaplazables en el ámbito social.
«Hay que mantener y revitalizar constantemente todos los programas sociales, lo que estaría tributando directamente al fortalecimiento del sistema de justicia social. No hemos renunciado, ni lo haremos jamás, a conquistas como la salud y la educación como derechos sagrados del pueblo, cuyo funcionamiento estamos llamados a revisar, para continuar ofreciéndolos gratuitamente, pero, también, con la mayor calidad posible», aseguró el Presidente de la República.
En ese sentido, comentó que «las circunstancias económicas que atravesamos han hecho mella en estas conquistas, estamos conscientes, pero esas dificultades no pueden ser pretexto para el estancamiento y la desidia. Por difíciles que sean los tiempos, hay que buscar fórmulas para proteger los derechos fundamentales de la sociedad».
Más adelante, el mandatario señaló que cada vez más, debemos ser capaces de gestionar soluciones propias desde el municipio y la provincia, con sensibilidad ante los problemas, informando constantemente al pueblo sobre el estado de la solución que esperan y, sobre todo, teniendo en cuenta que la participación popular es indispensable.
«Las visitas realizadas por el Partido a los municipios durante este año, han generado expectativas en los pobladores de cada uno de los lugares en los que hemos estado. Ellos esperan cambios y soluciones a sus problemas, que no siempre pueden venir de la Nación», afirmó el mandatario.
En los minutos finales de su discurso, Díaz-Canel valoró que «una vez más el Pleno del Comité Central se renueva como espacio para la crítica ante las deficiencias y errores, para superar la insatisfacción por los resultados, también para explicar, compartir y exponer proyecciones, anhelos, deseos y estrategias para hacer y vencer».
En ese sentido, afirmó que «la aguda y dura discusión sobre la situación actual, genera nuevas propuestas y reafirma la necesidad de consolidar lo que se viene haciendo».
El Presidente reconoció, como fuente inagotable de fuerza y sabiduría, el heroísmo de nuestro pueblo:
« ¿De qué dimensiones, cómo sería, qué rostro tendría el monumento que los cubanos se deben a sí mismos por una heroicidad que es como un signo sembrado en lo más profundo del código genético?»
Y es entendible que se hable de monumentos, porque el cubano parece destinado a protagonizar lo heroico; a llevar una vida donde se mezclan la perseverancia y la inventiva; y donde, ante amenazas colosales, ante fuerzas de dominación que siempre han pretendido negarlo en su identidad, la vida se asume como incesante combate, como una cuestión de honor que termina abriéndose paso, casi siempre a contracorriente de toda lógica.
Lo bueno de estos tiempos duros es que, así como ponen al descubierto ciertas endebleces del alma, también sacan a la luz nuestra fibra mambisa. Mientras más complejo y desafiante el escenario, mayor la inventiva, mayores la tenacidad y la imaginación, mayor el orgullo por lo que somos -como ese “yo voy a mí”, del cubano jugando dominó-, y mayor confianza en la obra propia. Ese modo de actuar no tiene otro nombre que heroísmo, y nada podrá disminuirlo: ni bloqueos, ni ensañamientos, ni odios; ni ríos crecidos, ni lluvias torrenciales, ni huracanes, ni terremotos.
Con ese heroísmo multiplicado conmemoraremos dignamente el 66 Aniversario del triunfo de la Revolución cubana. Felicitaciones a los militantes y a nuestro pueblo en vísperas del 2025.
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