La estrecha amistad que unió a Rubén Blades con Juan Formell ha sido motivo frecuente en este espacio, porque tuvimos el placer de disfrutarla a través del interés personal del creador de Los Van Van.Uds conocen la historia, pero siempre es agradable recordar que en a segunda mitad de los 80s aquí se anunció que la gran orquesta criolla haría una gira por una buena parte de España, a lo que se añadió la fantástica noticia que allá alternarían con el panameño.
Juanito aprovechó la ocasión y le hizo una entrevista a Blades, que al regresar a Cuba anunció en el propio aeropuerto que el primer beneficiario de su interés sería yo. Imaginen mi alegría cuando alguien que cubrió la llegada a esta isla de Los Van Van me saludo diciéndome simplemente que tenía el dos.
Se hizo un amplio programa con ella, donde conocimos que Blades había estudiado la obra de Formell desde los días con la Revé y lo mucho que lo había ayudado en su carrera. Por eso cuando vi a Rubén en vivo en el Anfiteatro de la capital mexicana, la emoción me invadió al escucharle cerrar el concierto diciendo “de mi hermano Juan Formell” para atacar de inmediato con su versión de Anda ven y muévete.
Rubén Blades estuvo en La Habana en marzo del 79 como parte del Havana Jam pero yo me lo perdí, algo que siempre voy a lamentar. Tiempo después me topé con un video de Los Van Van en unos carnavales panameños, donde ambos coincidieron y Blades aprovecha para relatarle al público el encuentro de los dos en tierras hispanas. Inolvidable.
Por eso, no es de extrañar que en el disco de 1992 Amor y Control, para mí uno de los mejores de su carrera, el panameño tiene un tema que evidentemente es su homenaje a la obra de Formell y a lo que lograron con su orquesta. Es puro Van Van a la manera de Rubén Blades.
¿Lo dudan? Bueno, pues aquí está El Cilindro…