A los 96 años, murió Harold George Belafonte, Jr., más conocido como Harry Belafonte, músico, actor y activista social de ascendencia jamaicana, aunque nacido en Nueva York, famoso como «el Rey del calipso» por ser el mayor popularizador de este estilo musical caribeño en la década de los 50.
Todos los de mi generación y muchos más lo recordaran siempre por la canción que lo llevó al primer puesto en las listas de éxitos en 1957, «Day-O o The Banana Boat Song», la canción del bote platanero.
Gran amigo de esta Isla, fuera de su carrera musical fue un destacado luchador por los derechos humanos y causas humanitarias, además de criticó feroz de la política de George W. Bush por la guerra de Irak. En los años 1960 fue invitado a crear el Ballet nacional de Guinea y a partir de 1987 tuvo un importante papel en la UNICEF, donde se ocupó principalmente en la defensa de los derechos de los niños africanos.
En Sudáfrica consiguió iniciar en el 2001 una campaña contra el sida y por todas estas tareas en el 2014 obtuvo un significativo Premio Humanitario.
Belafonte nació en Nueva York, pero su padre lo llevó a Jamaica cuando tenía ocho años y cuando regresó a los trece los ritmos caribeños le influenciaron para toda su vida. Participó en la Segunda Guerra Mundial, para más adelante tomar clases de actuación, junto a figuras como Marlon Brando, Tony Curtis, Walter Matthau, Beatrice Arthur y Sidney Poitier.
Inició sin éxito su carrera como cantante, abrió un restaurante en el Greenwich Village de Nueva York, apareció en varias películas y en 1956 la canción tradicional Jamaicana sobre los trabajadores de los muelles le llevó al estrellato.
Uno de sus últimos grandes éxitos fue participar en la canción ganadora del premio Grammy de 1985 «We Are the World».
Aquí estuvo más de una vez y en esta tierra nos dejó el magnífico documental Ciertas palabras con Harry Belafonte, donde cada minuto filmado mostró la inmensa calidad humana de una gran estrella de los espectáculos.
Ya les hablé de su gran tema Day O, pero en Cuba se le recordará siempre por un tema que marco toda una época y que aquí cantó todo el mundo, Matilda.
Te vamos a recordar mucho Harry Belafonte, por amigo y porque desde hace rato nos enseñaste que lo único mejor que la música es hablar de música.
Escuche este episodio: