El estreno de una nueva canción y el interés de un oyente sobre el músico boricua Chayanne nos hace volver una vez más al de Puerto Rico.
Ese oyente nos pide comentar de nuevo una película que vimos en uno de nuestros festivales de cine, porque él es santiaguero y la historia que presenta tiene que ver con su ciudad.
Corría nuestro Festival en los años noventa del siglo pasado, cuando mi mujer y yo decidimos ir al Yara pues se anunciaba una película de Chayanne de título Baila conmigo. Claro que el nombre prometía y por eso allá fuimos.
Dance with me, (Baila conmigo), filme de cine romántico y baile dirigido por Randa Haines y protagonizado por la muy bella norteamericana Vanessa Williams y el muy popular boricua Chayanne, fue realizado en 1998.
La directora es conocida por sus películas atractivas, pero aquí se detuvo de forma muy personal en el interesante tema del diferendo entre Cuba y los Estados Unidos. En ella cuenta la historia de Rafael, un santiaguero que pierde a su madre y decide viajar a Nueva York a encontrarse con su papa, dueño de una escuela de baile, al que no conoce. El nació cuando padre y madre eran bailarines en un crucero, por lo que la relación fue muy fortuita.
Como es lógico, al llegar Rafael no sabe cómo lograr relacionarse con su padre y empieza a trabajar como asistente de limpieza en la propia escuela. Allí pronto se dan cuenta de que es un gran bailarín y lo incluyen en uno que están preparando para una competencia. Poco a poco, Rafael y Ruby, una de las profesoras de la escuela, se sentirán atraídos el uno por el otro y la música ayuda.
Lo inolvidable del día que fuimos fue que allí estaban la directora y el guionista, este un judío con un perfecto español. Ellos, visiblemente entusiasmados, le tiraron una foto al público que llenaba el cine diciendo «deja que le enseñemos esto a Chayanne para que vea lo que se perdió».
Pero lo mejor vino cuando el guionista, que estuvo un largo período en Cuba preparando todo el trabajo de prefilmación, contó que al regreso a su país no andaba bien de salud. Fue al médico y cuando lo chequearon y le auscultaron el corazón le latía así… Imaginen la respuesta de los presentes.
Enseguida, ambos, directora y guionista, se ganaron más aplausos pues se despidieron recorriendo todo el escenario bailando casino.
Realmente, uno de los momentos más hermosos de la película es cuando el protagonista va con su pareja a comprar algo y la tienda está cerrada, por lo que insiste para que le abran. Cuando lo consigue, Chayanne, el santiaguero, explica su interés y el hombre después de escucharlo le riposta enseguida: «tu eres cubano, yo soy de Santa Clara». El abrazo inmediato es bien criollo, con una calurosa invitación a los recién llegados para que pasen a la casa y participen en una fiesta familiar.
Cuando la muchacha, asombrada por todo el cariño y la cordialidad, pregunta si los dos se conocen el protagonista le explica: «lo acabo de conocer, pero los cubanos somos así. Todo esto apoyado, como él solo sabe hacer, por el tema Patria, de Rubén Blades.
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