Por Esther De la Cruz Castillejo
Las Tunas. – La industria azucarera está llamada a diversificarse desde los proyectos locales y buenas experiencias comienzan a aflorar en distintos espacios de Cuba en este sentido.
En Las Tunas, al sur del territorio, en la destilería de Amancio, se concreta la producción de licores dulces. La experiencia y el talento Roberto López, especialista de larga data en esos menesteres, están en función desde hace un año de los buenos resultados.
Asegura Radio Rebelde que la producción que más ingresos les ha aportado es la de licor y la de vinagre, aunque este último, por su proceso tecnológico, demora un poquito más.
A la estabilidad de la materia prima se suma el ingenio para que el vinagre y los licores de mandarina, naranja, maracuyá sigan teniendo aceptación que ya lucen en el municipio de Amancio.
El experto insiste en que no se ha gastado un solo peso para la puesta en marcha de la iniciativa. Y afirma que los toneles que desechan en la producción del ron porque ya no aportan nada a al envejecimiento de los aguardientes, permiten, por ejemplo, fermentar el vinagre.
Roberto López le sabe un mundo al universo apasionante de una destilería. Esta experiencia que aporta a la economía local es uno de los muchos sueños que le rondan para que la industria azucarera cubana vuelva consolidarse como mucho más que azúcar.