Llegamos al aniversario 64 del Triunfo de la Revolución, después de doce duros y difíciles meses. Pero como dijera el poeta “a pesar de todo, y como sea, Cuba va… ¡y fue!”.
No ha sido el 2022 un año cualquiera, sino un período en el que cada cubano digno ha estado llamado a resistir creativamente, pero también a avanzar.
Y esto gracias una vez más a la inteligencia y entrega de nuestros científicos y personal de la salud que hicieron posible el control de la pandemia y, para a partir de entonces, poder retomar la vida económica y social del país. “Ha sido un año marcadamente complicado en el escenario internacional y que sucede a dos años también extremadamente complicados”, refirió el Presidente cubano en su intervención durante la última Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Durante el 2022 se ratifica el papel de vanguardia del Partido Comunista, y también junto al Gobierno, el propósito de asumir el enorme reto del presente que nos conduce a enfrentar dos grandes batallas: la ideológica y la económica.
El país debió sortear múltiples obstáculos, el principal, la persistencia de un duro y recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, y también una campaña mediática como nunca antes, “anclada” en las redes sociales digitales que ha tenido como asidero a la contrarrevolución dentro y fuera, que intenta una y otra vez dinamizar las dificultades provocadas por la propia política estadounidense como pretexto para intentar desprestigiar el sistema de gobierno en Cuba.
Las redes sociales digitales han estado exacerbadas por la “ponzoña” enemiga: frente a cada pequeño triunfo, se destila más odio; ante cada avance social, emerge la mentira o la distorsión de la verdad. Ese ha sido el panorama.
En medio de ese estremecedor escenario internacional, también ha estado la complejidad en el terreno económico, marcado por una crisis mundial derivada del período de enfrentamiento a la COVID-19 que ha afectado el comercio internacional y que nuestro país, nación subdesarrollada, ha enfrentado en valladar constante para adquirir los insumos, alimentos y materias primas necesarios en condiciones más duras, porque tiene como otro elemento adverso las leyes que impone el bloqueo.
Frente a odios y presiones de nuestros enemigos, se ha empinado la solidaridad con Cuba, demostradas por naciones amigas de la región en momentos muy difíciles durante el 2022 como fueron el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, y más recientemente el embate del huracán Ian en la parte más occidental del país.
Cuba continúa siendo un ejemplo y referente. Solo su propia existencia como nación y con ella la Revolución, es un acto de constante y permanente heroísmo, solo posible por la entereza de un pueblo que suscribe con fuerza hoy las palabras de Antonio Maceo cuando dijo que “quien intente apoderarse de Cuba solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha”.
En medio de una cotidianidad difícil transcurrió el 2022, reconocida con valentía por el Presidente cubano. Déficit de oferta, altos precios y una visible inflación, unido a desequilibrios macroeconómicos han puesto casi al límite a la economía nacional.
Solo una nación como la nuestra, con la brújula principal dirigida a defender y avanzar hacia la mayor justicia social posible, ha podido ser capaz con bloqueo recrudecido, crisis económica mundial y pandemia, de mantener su proyecto social y ratificar, desde el diseño de su economía, que tenemos aún muchas reservas internas para crecer y saltar por encima de ese bloqueo que siempre estará ahí, y demanda cada minuto de nuestras vidas una mayor creatividad, inteligencia y sistematicidad en lo que hacemos para enfrentarlo con efectividad.
Habrá que trabajar muy duro porque aún cuando debe ser un 2023 mejor por el diseño de las estrategias aprobadas, el Plan de la Economía implica innovar, aplicar la economía circular, exportar y aumentar la competitividad de nuestras producciones.
Compatriotas:
No hay dudas de que al finalizar el 2023, en ese panorama de resistencia cotidiana, sin límites, frente a cada adversidad superada, ante cada dolor por la partida de un hijo, hermano, familiar o amigo, en cada momento también de incertidumbre o certidumbre, por cada meta alcanzada o aquel sueño postergado, habrá que continuar empinándonos hacia metas más altas.
Es la manera de honrar tantos años de lucha, a nuestra historia, y garantizar la continuidad representada en nuestros jóvenes hoy, que han dado un ejemplo de que también han sabido asumir su propio Moncada en estos tiempos.
“¡Cuba va!”, dijo el poeta, y en esa letra que es casi una canción de combate y también de optimismo y de vida, debemos repetir a viva voz y en canto unido “¡Que nadie interrumpa el ritmo, queremos amar en paz para decir en un grito Cuba va, Cuba va, Cuba va!”