Cuba es un lugar privilegiado, entre otras razones, por las aves que la habitan, a las que se unen las que van de paso sobre todo en la época invernal; más de 350 especies viven en las islas y cayos que conforman el archiélago cubano que constituye una ruta obligada para las especies migratorias que recorren largas distancias para proporcionarse el alimento que escasea en otras regiones, y a la vez asegurarse un refugio seguro para a veces también anidar.
La Mayor de las Antillas tiene el goce de contar con el llamado pájaro mosca o zunzuncito considerado el más pequeño del mundo ya que apenas mide 60 milímetros; peculiaridades de esta especie es que liba el néctar de las flores en una posición horizontal. Su pico largo contrasta con el tamaño de su cuerpo.
El tocororo considerado el ave nacional por el parecido de los colores de su cola con los de la bandera cubana, blanco, rojo y azul que lo vincula con la identidad de la Isla, se puede observar en todas las provincias; su habitat es en los bosques tupidos en las sierras calizas.
El cabrerito tiene las alas muy pequeñas de acuerdo con el tamaña de su cuerpo; es por encima gris olivado; la espalda rayada de negro, la parte superior de la cabeza es castaña; la cola, negruzca; la garganta y una mancha delante del ojo, blancas; debajo de los ojos tiene tres rayas negras. Las partes inferiores amarillo pálido; es gris olivado en los lados. En invierno, el cabrerito puede ser localizado en pequeños grupos, buscando alimento en las hierbas de la Ciénaga, o en pequeños arbustos en los lugares de menor vegetación.
La geografía cubana regala también colonias de flamencos rosados que incluye variedades como el ibis blanco.
El carpintero se encuentra a lo largo del país, su nombre es Carpintero jabado (Centurussuperciliaris). Es común en los bosques y arboledas con abundante vegetación.
Resulta atractivo por su plumaje blanco y negro y sus movimientos vivos. Se alimenta de insectos y sus larvas, y de frutas.
Un ave endémica del lugar y que a todos encanta es la cotorra, fácil de domesticar que tiene el don de imitar casi a la perfección la voz humana; con sus vistosos colores vive en los troncos de los árboles de zonas como la Isla de la juventud y la Ciénaga de Zapata, esta última considerada el mayor humedal del Caribe.
De ese sitio es también la Ferminia, pequeño pájaro de unos 160 milímetros de largo, de color carmelita, con manchitas en la cabeza y barreado de negro en la espalda, alas y cola; sus partes inferiores son blancuzcas. Es una de las aves cubanas más raras; vuela poco y se traslada de un arbusto a otro caminando. Es uno de los pájaros de mejor canto de Cuba, los otros dos son el ruiseñor y el sinsonte. Preciados son, además, el gavilán Caguarero y la gallinuela de Santo Tomás, de vuelo corto y débil.
Muchas personas piensan que las aves son los personales alados más intersantes que habitan el territorio cubano, a lo que habría que añadir que por el espectáculo que brindan su s colores y cantos que reconfortan el espíritus.
¿Quién no se deleita ante el canto de un ave de colorido plumaje?; esa oportunidad constituye, sin dudas, un regalo de naturaleza que generosa proporciona el deleite a los cubanos.