Estremece llegar a un lugar mágico cargado de símbolos de hidalguía y honor. A dos kilómetros de Sabanas de Chaparral, hoy conocida como el Área de Batalla, se encuentra el Conjunto Monumental Carabobo, en el Estado venezolano del mismo nombre, municipio Libertador.
El lugar tiene más de 3 mil 600 hectáreas donde se evoca la historia, se honra a los héroes y mártires, y hasta se siente una energía diferente en un sitio donde hay un camposanto en el cual corrió la sangre, y hoy se erigen bustos a los próceres.
Allí tuvo lugar la Batalla de Carabobo, una de las acciones más trascendentes de las gestas libertadoras de Nuestra América, la cual selló hace ya 203 años la independencia de Venezuela, y donde se inmortalizó el genio del General Simón Bolívar como estratega militar, así como el arrojo de quienes dirigieron las tres Divisiones, hombres como los Generales José Antonio Páez y Manuel Cedeño, y el Coronel Ambrosio Plaza (herido de muerte en la batalla y fallecido al día siguiente en la ciudad de Valencia, Post Mortem ascendido al grado de General de Brigada por una orden firmada por el Libertador).
Es válido, asimismo, el tributo al Coronel británico Thomas Ilderton Ferriar, Comandante del Batallón Cazadores Británicos, quien inmortalizó la frase Rodilla en Tierra para defender la libertad, con armas en las manos, aunque en ello fuera la vida, y también al Teniente de Caballería Pedro Camejo, más conocido como Negro Primero, muerto en los primeros instantes de la batalla, y quien fuera la primera persona de color que perteneció a las filas patriotas; antes había luchado con las fuerzas realistas por la vestimenta, el calzado y la comida, pero pronto abrazó los sueños de justicia y libertad. Tenía gran destreza con su lanza, a pesar de que el arma media más de tres metros y siempre iba a la cabeza del batallón dirigido por Páez.
Adentrándonos en este mundo de héroes, Raúl Rivas, especialista del ceremonial y Acervo Histórico del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz nos recibe en un sitio donde también hay jardines, árboles, una exuberante vegetación y donde se escucha el canto de las aves.
“Este conjunto está dividido en varias partes, la Avenida de los Héroes con 16 bustos que recuerdan a los próceres que participaron tanto en la Batalla como en la Campaña de Carabobo, el Arco de Triunfo o de Carabobo, la Tumba al Soldado Desconocido, dos monumentos en forma de pirámides, llamados alegorías a Venezuela y España y por último el Altar de la Patria, el Monumento a Bolívar”, señala el experto.
El Arco de Triunfo, a cargo del escultor español Antonio Rodríguez del Villar, junto a otros escultores venezolanos como Lorenzo González es otro de los símbolos más hermosos. También conocido como el Arco de Carabobo, con una altura de 28 metros, construido en el Centenario de la Batalla, y se dice que ahí estaba ubicado el campamento realista.
“En la parte más elevada observamos el busto de una mujer, que identifica a la Madre Patria, Venezuela, la República, sobre su cabeza un gorro frigio, símbolo de revolución y libertad, debajo de ella el Escudo de Armas de la República, asimismo, el rostro o efigie de nuestro Libertador Simón Bolívar, por otra parte, hay dos mujeres sobre dos esferas que representan victoria y paz, también hay dos fechas inscritas en dos columnas, 1821 y 1921, años en los cuales se realizó la batalla y en el que se hizo el arco para conmemorar el centenario del acontecimiento”, añade el guía.
Y llegamos a la Tumba del Soldado Desconocido donde hay una guardia de honor de los húsares del Batallón Presidencial en un sitio sagrado, donde también reposan los restos de los caídos en la Batalla de Ayacucho.
Los investigadores aseguran que la Tumba del Soldado Desconocido no sólo representa a los hombres, sino también a las mujeres, las esposas de esos soldados, pues el día D, unas 20 o 25 mujeres se disfrazaron de hombres, vendaron sus senos y se recogieron el cabello y partieron a la lucha. Cuando recogen los cadáveres para dar cristiana sepultura, se dan cuenta de que hubo presencia femenina, los nombres no se conocen, pero allí estuvieron las mujeres también.
La Guardia de Honor que se encuentra en este recinto sagrado ocupa el quinto lugar en prestigio a nivel mundial, por orden, la Guardia Real Suiza en Roma, Italia, luego Inglaterra, Estados Unidos y Rusia, y posteriormente, la de Carabobo, la única que está en el mismo campo de batalla.
También hay honores para el personal médico y para quienes le indicaron a Bolívar las características de la región. Impresionante llegar hasta un espejo de agua y admirar las dos columnas que son alegorías.
Así lo dice Yenis Campos, otra guía del Ministerio del Turismo, quien puntualiza que “las pirámides que están aquí son alegóricas a Venezuela y España, una mujer que representa a la nación, dos leones en posición de reposo, pero en acecho, indicando que cada nación puede defender su territorio si se siente amenazado, y encima un cóndor, el ave que vuela más alto en América, indicando que Venezuela es libre y soberana”.
Más allá, hay un espejo de agua para reflejar el Arco de Triunfo y el Altar de la Patria, “se dice que es un como gran vaso de agua para brindárselo a los espíritus de los muertos, y muchas personas aseguran que se siente una energía en este camposanto, dicen que se sienten cadenas, espadas, caballos, que cruza una mujer, que andan guerreros por ese lugar, y hasta en las fotos de los árboles parece asomar la figura de Negro Primero, y de los soldados, incluso, hay quien ve la figura de la Virgen del Socorro, Patrona de Valencia, todo como parte de la idiosincrasia, de la cultura venezolana, es el mito popular de que siguen vivos”,comenta Yenis.
De acuerdo con los análisis históricos, Carabobo era estratégicamente importante, porque los Puertos de la Guaira y Puerto Cabello tenían mucha actividad comercial, y los realistas tenían dominado el centro del país, por ahí entraban las armas y sacaban las riquezas del país, de ahí que era decisivo ocupar la zona central.
Yoan Chirinos, guía turística patrimonial del Ministerio del Turismo, nos adentra en el Altar de la Patria, este lugar que recrea cada momento de la batalla la cual, aunque duró una hora, tuvo mucho tiempo de preparación y continuó después con la persecución a los realistas.
Se dice que hubo ríos de sangre, porque se peleó cuerpo a cuerpo, allí también se coronó la hidalguía de las fuerzas independentistas ante un enemigo superior en hombres y en armas. Todo ello queda explícito con imágenes en este altar, que describe por cuartos de hora cómo acontecieron los hechos.
También conocimos que en la batalla participó el cubano, Teniente Coronel José Rafael de la Heras, quien mostró coraje en los enfrentamientos, con alto reconocimiento de Bolívar.
De acuerdo con Chirinos “Carabobo fue la batalla más corta pero la más sangrienta, se realiza el 24 de junio entre las once de la mañana y 12 del mediodía, pero no se puede minimizar esa tiempo, porque hubo una gran campaña de preparación durante meses, el 23 de junio acampa Bolívar en Taguanes, sale con su tropa en la madrugada, transitan veinte kilómetros del lugar donde se desarrollaría la batalla, y allí dieron acción cuerpo a cuerpo, Bolívar se posiciona en el Cerro Buena Vista y decide separar las divisiones para engañar al enemigo, una estrategia que fue esencial para el triunfo”.
Más adelante aclara que “a medida que van cayendo los soldados de las fuerzas independentistas de los Bravos de Apure, la quebrada se convirtió en un río de sangre, el británico Thomas Ilderton se dio cuenta de la masacre y ordena rodilla en tierra, una posición muy arriesgada, pues consistía en disparar, regresar hacia atrás para cargar el arma y volver a disparar, se convirtieron en un escudo humano, muchos de los oficiales que estaban al frente murieron, esta legión británica se convirtió en una verdadera máquina de escupir fuego, gracias a su hidalguía, Páez pudo reagrupar las fuerzas, obligar la retirada de las fuerzas realistas y seguir la persecución hasta Puerto Cabello”.
Batallones de Cazadores británicos, tiradores Bravos de Apure, y lanceros fueron verdaderos héroes, “con las bayonetas, con cuchillos, con las manos, con estandartes, con piedras, espadas, cuerpo a cuerpo convirtieron el campo de batalla en una carnicería humana, habían peleado por la victoria y la consiguieron”,comenta la especialista.
Como otro detalle, después de la derrota los realistas españoles se atrincheran en el Fortín de Puerto Cabello y ahí permanecen durante dos años, Bolívar les perdona la vida, teniendo en cuenta el valor de ese batallón y permite que permanezcan allí, en 1823 salen con sus banderas alzadas y se van a España.
La Batalla de Carabobo es símbolo de resistencia en nombre de la libertad, dice Yoan Chirinos, y con orgullo afirma que “esta batalla sigue siendo estudiada a nivel mundial, no se explica como un ejército con menos hombres, (eran 10 mil realistas, mientras que las fuerzas independentistas eran de 4 mil), sin mucha experiencia, sin muchos armamentos, logró vencer al Ejército más poderoso a nivel mundial en ese momento, el español; en nuestro país aún en la actualidad se usa el método táctico de resistencia revolucionaria a partir de esa estrategia trazada por el Libertador, se reconoce que Páez estuvo con su ímpetu y valentía al frente del combate, pero ahí quedó evidente la capacidad de Bolívar como gran genio y estratega militar”.
Así vivimos el reencuentro con la historia durante nuestra visita al Conjunto Monumental Carabobo, un sitio sagrado que vuelve a recordarnos una de las acciones más trascendentes de las gestas libertarias en Nuestra América y decisiva para la independencia de Venezuela y de la Gran Colombia.
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