Tierra de esperanzas se le llama al Estado Cojedes, quizás porque ese territorio es como la encrucijada del país, por donde pasan todos los viajeros que van hacia cualquier lugar de Venezuela, o porque en esta tierra llanera está la impronta del Libertador Simón Bolívar con su Campaña Admirable, o la hidalguía de las mujeres que libraron aquí la Batalla de Mapuey, o porque en este sitio la agricultura es la fuente de riquezas.
El ingeniero Rafael Alemán es integrante del Consejo Político del Partido Socialista Unido de Venezuela en Cojedes, y habla con mucho orgullo de esta tierra bendita.
“La ubicación geográfica del Estado Cojedes es de primera línea para el proceso político que lleva a cabo la Revolución Bolivariana, el Estado es próspero y agrícola, aquí se genera esperanza en materia social y política para el resto del país. Entre sus producciones fundamentales podemos mencionar el mango, la carne de cerdo y de ganado vacuno, hay rubros como el arroz, el maíz, además de tener un alto potencial turístico, especialmente para las personas que no sólo buscan turismo de sol y playa, sino el agroturismo”, dice el investigador.
El Estado Cojedes está ubicado al centro del país. Su nombre se origina en la lengua Caribe: pueblo de cerámica o pueblo de ceramistas, pero también debe su nombre al río homónimo que significa donde todo se da.
Allí hay una cultura muy singular que identifica a los lugareños. Sobre el tema dice el ingeniero Alemán: “La cultura en esta región es rica en el folklore, la música, el cojedeño expresa la idiosincrasia del venezolano del campo, ese que se ocupa del ganado, de la tierra. En materia musical es fértil; en el teatro tenemos expresiones como los Diablos Danzantes, también una artesanía muy reconocida, y eso se arraigó en la población desde que Cojedes formaba parte de un Estado grande que se llamaba Zamora, el cual agrupaba cuatro regiones llaneras con un rico acervo cultural”.
Cuando se entra a San Carlos, capital de Cojedes, llama la atención un monumento muy singular, erigido a una fruta, el mango, un detalle que nos llama poderosamente la atención.
“El mango se introdujo desde la etapa de la colonización, actualmente es uno de los Estados que produce más esa fruta, y más que la parte económica, forma parte de nuestra cultura, cuando se entra por la redoma (plaza donde desembocan varias calles) vemos esa obra, es parte de la identificación nacional de la región, todo el mundo conoce a Cojedes porque en su redoma está ese mango, las principales ciudades del país en sus mercados consumen el mango de Cojedes”.
Pero cómo es el cojedeño? Dicen que es el llanero más sencillo y afable.
El ingeniero califica a sus compatriotas como “personas amables, solidarias, comprometidas; como centro económico de la nación es la encrucijada, vas al oriente, al occidente, al centro, a los Andes, y tienes que pasar por Cojedes, y así el cojedeño ve pasar a los habitantes de todas las regiones, entonces aprende a amarlos, aquí hay también páginas históricas del país y el cojedeño por esa condición se ha convertido en una persona muy solidaria”.
Hasta Cojedes han llegado también las brigadas médicas cubanas para traer hasta estos llanos su amor, su sentimiento de entrega, su profesionalidad.
Rafael Alemán se emociona cuando se refiere al tema. “la colaboración cubana representa compromiso, una satisfacción, hace más de veinte años llegaron los cubanos y el primer Estado que culminó en el país la preparación para el Programa Barrio Adentro II fue Cojedes, aquí se concluyó muy rápido la infraestructura, incluso, el Presidente Hugo Chávez entregó un premio en reconocimiento a esa respuesta, eso demuestra el compromiso del cojedeño”, afirma.
Más adelante insiste en la idea: “Ahora nos encontramos en la villa cubana que se construyó hace dos décadas, aquí conviven cubanos y venezolanos, en esa muestra de una amalgama de solidaridad que debemos tener los latinoamericanos, y que se fomentó en esta nación gracias a los sueños de los Comandantes Chávez y Fidel, y el cojedeño lo ha entendido, lo ha vivido, lo ha acogido, lo ha potenciado con amor”.
Ese es Cojedes, la encrucijada de Venezuela, donde late el alma llanera y el espíritu solidario de sus hombres y mujeres.
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