En agosto de 2018 estuvo el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la Empresa Siderúrgica José Martí, conocida como Antillana de Acero, en aquel entonces se comenzaba a ejecutar la inversión con crédito gubernamental ruso para revitalizar la infraestructura y la tecnología de la planta, construida en la década del 50 del siglo pasado.
Este 13 de abril, cinco años después, el Primer Secretario del Comité Central del Partido regresó a la insigne fábrica del municipio capitalino del Cotorro, donde se alistan condiciones para que la Acería Eléctrica, considerada el corazón del complejo, palpite e irradie con sus producciones al resto de las deterioradas plantas de la entidad.
No eran todavía las ocho en punto de la mañana cuando el Jefe de Estado llegó a la Antillana de Acero. Allí un grupo de trabajadores, con su director al frente, el ingeniero metalúrgico Reinier Guillén Otero, explicaron esta primera fase de la inversión que supera en su totalidad los 100 millones de dólares.
En estos momentos el taller de Aceración Eléctrica se encuentra en un «proceso de pruebas en caliente», que permitirá restablecer, de 10 a 15 días, la exportación y la producción nacional de palanquillas de acero, de las luego se obtienen barras y las conocidas cabillas, empleadas en la construcción.
El ingeniero Guillén Otero comentó que el proceso inversionista continúa y abarca los viales, las líneas férreas y el laminador 250, previsto a concluirse en diciembre de 2024.
Durante el diálogo el dignatario se interesó por el proceso industrial y el impacto positivo de las nuevas inversiones en el Medio Ambiente. «Antes no había depuradora-acotó el director- todos los polvos de metales férreos y partículas que salgan del proceso siderúrgicos se van a quedar ahora en la sala de filtros» y seremos amigables con las comunidades aledañas, el Reparto Eléctrico, la presa, el municipio Cotorro.
Mientras la producción se ha detenido debido a las inversiones y al deterioro de otras áreas, qué ha sucedido con los casi mil 200 trabajadores, preguntó el Presidente Díaz-Canel. El director respondió que los obreros se han sumado a las labores de alistamiento de la acería eléctrica y el laminador 250, además de capacitarse para el manejo de las tecnologías.
Durante una conversación en la que también se destacó el aporte de los jóvenes que han visto reestructurarse el corazón de la Antillana de Acero, el Presidente de la República comentó acerca del valor estratégico de esta industria para el país.
Esta es una de las inversiones más importantes de la nación en la actualidad, sobre todo en el afán de modernizar la planta industrial del país, por la dependencia de acero de otras producciones -señaló el dignatario y agregó que luego de la visita a Rusia se han destrabado algunos procesos que tenían paralizada la inversión aprobada en 2017 y hoy está en un buen momento.
El máximo dirigente partidista del país después de las explicaciones iniciales, caminó junto a los trabajadores por el Taller de Aceración Eléctrica, que incluyó no solo la puesta en marcha de un nuevo horno, la depuradora de gases y la subestación eléctrica, sino también toda la obra civil.
Antes de despedirse de los trabajadores de la Antillana de Acero el Jefe de Estado convocó a que los nuevos bríos incidan en una revitalización de toda la planta, llamó a hacer de la Empresa un lugar confortable, con belleza y presencia, que se distinga por la calidad de las producciones, pero también por el ambiente que se cree aquí entre el colectivo de trabajadores.
Vienen tiempos mejores -dijo el Presidente Díaz-Canel- mientras ponía la mano en el hombre de uno de los jóvenes trabajadores. Que el corazón de la Empresa Siderúrgica más grande de Cuba comience a palpitar en los próximos días es muy buena noticia.
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