Quiero que empecemos declarando nuestra solidaridad y admiración por la cadena panárabe Al Mayadeen. Su presidente Gassan Ben Jeddou acaba de denunciar el plan del gabinete político, militar y de seguridad israelí, encabezado por Netanyahu, Galant, Benny Gantz, Halevy y otros jefes del Mossad, el Shin Bet y los aparatos del crimen y el exterminio, tomó la decisión de bloquear la red informativa Al Mayadeen en la Palestina ocupada, toda la red, tanto pantalla, como sitios web, redes y plataformas en sus idiomas: árabe, español e inglés.
Quizás esta decisión, dice, sea el logro de seguridad nacional más grande que la ocupación busca obtener, a la luz de su actual derrota, la más humillante frente a la firmeza de la airosa y digna Gaza.
De acuerdo, dice Bárbara Betancourt. La decisión de apagar totalmente a Al Mayadeen, que trasmite en tres idiomas para todo el mundo y tiene sus corresponsales jugándose la vida bajo las bombas en la Palestina ocupada, es a un mismo tiempo la prueba de que hay un periodismo serio, responsable, comprometido con la verdad y que gracias a esa verdad es visible el terrible contraste entre la barbarie sionista y la resistencia palestina. Como dice Ben Jeddou, la firmeza de la airosa y digna Gaza está humillando al prepotente y bárbaro ejército israelí.
Pero esa actitud digna también nos hace mirar con una mirada distinta hacia el papel de los medios que les hacen el juego a los agresores, sostiene Reinier Duardo. Los que ahora apoyan a Israel o los que, gota a gota, todos los días, van construyendo una imagen negativa del agredido para justificar la agresión.
Y no estoy hablando de ahora mismo, cuando es tan visible el genocidio. Antes y durante años, son muchos los grandes medios que plantaron la idea de los palestinos y de los árabes en general como pueblos violentos (que no lo son), terroristas (que no lo son), divididos, sin opción.
A Cuba, muchos grandes medios le dan una palmada en el hombro, cuando se refieren al bloqueo, pero arremeten contra ella con más frecuencia, con publicaciones manipuladoras que prácticamente justifican el bloqueo.
El País de España, que una vez fue un admirado medio de izquierda, puede ser peor que los de derecha.
Hace unos días acaba de publicar un artículo que, «casualmente» cualquiera puede leer completo, algo que no puedes hacer con el resto de los trabajos de fondo, si no tienes suscripción. El trabajo está lleno de manipulaciones y mentiras con un único objetivo: debilitar la imagen del gobierno y en particular del presidente.
Creo que hay un tercer tipo de medios: esos que sirven de altoparlante acrítico a ciertos políticos, como Marco Rubio, cuya única misión parece ser dañar al pueblo cubano. Aquí dice una verdad, el problema son las intenciones. Escuchemos:
Vivir para ver, como decían los viejos. Resulta que Marco Rubio, uno de los que más dinero le ha sacado a la guerra contra Cuba, que dice en todos los idiomas que los cubanos huyen del país por razones políticas, ahora reconoce que esos supuestos perseguidos vuelven al año a vacacionar en Cuba.
Pero con ese señor no hay puntada sin hilo. Quizás sea la medida 244 contra el pueblo de Cuba.
Porque Marco Rubio presume de ser el creador de todo el plan de Trump. Sólo faltaba ésta: impedir también que los cubanos emigrados vacacionen en Cuba.