Chapeando Bajito

Chapeando: Mipymes, ni ángeles ni demonios

Nuestro análisis de hoy toma como punto de partida un fragmento de las declaraciones de un economista cubano a Mario Pentón. El título del material publicado en redes, adelanta las intenciones: «Experto: Vivimos una nueva arremetida de Cuba contra el sector privado».

Increíble -comenta Reinier Duardo, después de escuchar el fragmento-, no puede creerse que, desde el país que más severamente persigue a los violadores del fisco, donde las declaraciones de ingresos y el pago de impuestos generan los mayores dolores de cabeza a los propietarios de bienes y negocios, califiquen la labor de la ONAT de Cuba como persecución del sector privado.

Se ignora alevosamente, además, que el pueblo ha estado pidiendo aumentar el control sobre quienes adquieren elevados ingresos a costa de un mercado estatal desabastecido y una elevada demanda de ofertas por parte de la ciudadanía.

En la más reciente reunión del Consejo de Ministros se habló del tema y fue muy clara la intervención del Presidente Díaz Canel: Quien actúa bajo las reglas establecidas, quien declara con honestidad lo que ingresa y tributa lo que le corresponde, no tiene por qué preocuparse.

Bárbara Betancourt acota que también en esas palabras de Díaz Canel hay una autocrítica a la gestión de los organismos y órganos que tienen la responsabilidad de controlar. No se puede desconocer que las distorsiones al aplicar y dar seguimiento a lo aprobado por el Gobierno, ha impactado en la hiperinflación que sufrimos todos. Y que esa falta de control ha propiciado la subdeclaración y otras violaciones en que caen tantos, por creer que todo es cuestión de abrir un negocio y ganar ganar sin aportar lo que corresponde para luego pretender que no haya sanciones.

En el programa del Presidente con el Banco no son pocos los que se enteraron de que prestar una tarjeta de ingresos personales para enmascarar el nivel de los ingresos, es una violación de la Ley, que se penaliza en el mundo entero como lavado de dinero.

Como hemos dicho otras veces, hace falta más y mejor comunicación sobre las medidas del estado para corregir las distorsiones de la economía. Más claridad y control de los organismos correspondientes. Y hace falta también estimular la alfabetización económica de todos los agentes económicos, considerando que somos un país que pasó varias décadas sin que la población pagara impuestos y que por tanto los rechaza a veces irracionalmente, poniéndose a menudo en el lugar de aquel que los evade y casi nunca en el del estado que debe controlar para poder servir.

Hace falta también transparentar más, por supuesto, los procesos que llevan esos ingresos a los presupuestos locales y que entendamos todos que una sociedad organizada debe poner orden en sus finanzas si pretende tener presupuesto para mejorar la vida de sus ciudadanos.

Desde el municipio hasta la nación, se precisa informar más (por parte del estado) y de informarnos mejor (los ciudadanos) y no como sucede hoy.

Ni santificar ni demonizar a las formas económicas no estatales. Llegaron para quedarse, pero no a cualquier precio. Y ojo con los que incitan a la especulación y la duda, desde el exterior. Son los mismos que llevan meses acusando a los privados de ser agentes económicos enmascarados del gobierno cubano.

Seguimos Chapeando.

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