Hemos visto estos días todo tipo de publicaciones respecto a la muerte accidental de un niño cubano al ser succionado por una alcantarilla, pero hay cosas de las que es preferible pasar para no tener que oír cómo los odiadores se regodean con algo tan doloroso, diciendo incluso que con una buena demanda a las autoridades los padres podían hacerse millonarios, siendo que ese mismo personaje celebra la penúltima medida de asfixia contra Cuba.
“Muchos dijeron que no quedaban medidas por imponer a Cuba, pero Marco Rubio va a aprovechar cada minuto en su cargo para profundizar el daño a Cuba, esta vez negando visado a Estados Unidos a toda persona que participe en la contratación de personal de la Salud de Cuba, cerrando la más noble vía de ingresos para el país, que sirve para reponer o invertir en la Salud Pública cubana, que en medio de carencias y afectaciones ofrece el servicio más asequible y los medicamentos más baratos”, anota el periodista Reinier Duardo.
Con medidas como esa, Rubio trata de hacerse valer, de hacer creer que tiene algún poder ante un Trump que manda enviados especiales y lo ningunea en cada región donde quiere negociar acuerdos importantes, e incluso, en la última reunión del Gabinete, aunque estaba sentado a su lado, parecía no existir. Elon Musk seguía siendo el más citado, comentado y elogiado, aunque afuera crezcan los cuestionamientos hacia él.
Ya que hablamos de Trump, aquí les traemos un poco de sus últimas declaraciones:
Sin embargo, quienes dudan que no puede llegar más lejos tienen que ver el escandaloso clip que Trump compartió, hecho con IA, donde se presenta la transformación de la devastada Gaza en un balneario de millonarios.
“Y ante esto, silencio de los corderos de la prensa occidental. Un periodista como José Levy, de CNN, apenas dice que está bien que la reconstruyen pero que El mundo árabe critica que se quiera sacar de ese Edén criminal a los palestinos. La ética ha sido arrastrada con los escombros dejados por los bombardeos del genocidio israelí”, concluye la periodista Bárbara Betancourt.
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