El Centro de Inmunología Molecular (CIM), como una institución emblemática de la ciencia cubana, arriba a su aniversario 29 con visibles logros dedicados principalmente a la obtención de nuevos fármacos para tratar el cáncer y enfermedades autoinmunes.
En Conferencia de Prensa su Director General Eduardo Ojito, abordó el meritorio quehacer de su fuerza de trabajo, científicos comprometidos con el presente y futuro de la Patria. «Desde el primer momento del surgimiento de nuestra empresa se impulsaron tecnologías habilitantes, que ha permitido evolucionar y desarrollar todos los productos que identifican a la institución, siempre en beneficio del pueblo», subrayó.
Al intervenir resumió los avances y estructura organizacional que exhibe el Centro de Inmunología Molecular, una de las entidades punteras de la industria biotecnológica caribeña «que ha crecido desde un pequeño grupo de investigadores que tenían esencialmente una visión de curar el cáncer y trabajar en la Inmunología, y que sin embargo nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, les impuso una dinámica diferente; y esa institución de un conjunto de doctores, oncólogos, tecnólogos, dentro de los que se encuentran muchos fundadores activos aún, ha venido derivando hasta la actualidad, en lo que se conoce como Centro de Inmunología Molecular».
Destacó en la jornada por los 29 años de creados, los beneficios de las tres grandes plantas para la producción de la eritropoyetina y proteínas recombinantes, de la planta dedicada a anticuerpos monoclonales y de la ubicada en Santiago de Cuba. «Han sido casi 3 décadas de crecimiento y compromiso con la Revolución», acotó.
En sus palabras va el orgullo de los más de mil trabajadores del Centro de Inmunología Molecular, inaugurado el 5 de diciembre de 1994 y donde su Director General Eduardo Ojito, evoca afinadamente las palabras de Fidel al recorrer la institución.
«Recuerdo que nos dijo que la obra no era un lujo, y la llamó una promesa de salud para nuestro pueblo y donde nosotros, en aquel momento los jóvenes, teníamos un papel fundamental en función de conquistar la ciencia con nuestras manos», agregó emocionado.
En otro momento resaltó cómo los investigadores del CIM se sumaron en la etapa más difícil de enfrentamiento a la COVID-19, al Instituto Finlay de Vacunas (IFV) en el diseño y producción de dos de los proyectos vacunales evaluados por los científicos cubanos (Soberana 01 y Soberana 02).
«El CIM, oficialmente inaugurado hace ya 29 años, relata Ojito, cuenta hoy en su fuerza de trabajo con gran cantidad de mujeres y jóvenes, con una relevante participación en una de las empresas de Alta Tecnologías del país que evidencian el compromiso de las nuevas generaciones».
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