El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, señaló en una entrevista con RIA Novosti que las explosiones de los gasoductos Nord Stream representan «un acto terrorista».
«Lo que sea que ocurrió con el gasoducto Nord Stream es realmente escandaloso porque es, de hecho, la primera vez que un objeto tan importante de la infraestructura crítica europea ha sido atacado por cualquiera, pero ha sido atacado», declaró el canciller. En opinión de Szijjarto, un incidente de este tipo «debería considerarse en principio un acto de terrorismo».
Según RT el funcionario subrayó que su país apoya una «investigación exhaustiva, profunda, estructurada y detallada de lo sucedido». El jefe de la diplomacia húngara destacó que, independientemente de quién inicie la investigación, Budapest apoya todo tipo de procedimientos que «brinden esperanza» de descubrir «quién lo hizo y por qué».
Asimismo, Szijjarto señaló que la Organización de Naciones Unidas (ONU) debería proporcionar un mecanismo para investigar las explosiones en los gasoductos y podría ser el foro para tal investigación.
«La ONU no fue creada para integrar a países con ideas afines, sino como plataforma para que los países hablen entre sí aunque se consideren enemigos», aseguró.
La denuncia de Hersh
El 8 de febrero, el periodista estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer en 1970, publicó un artículo en el que afirma que buzos de la Armada estadounidense colocaron explosivos bajo los gasoductos Nord Stream en junio de 2022.
Según una fuente familiarizada con el asunto, la operación se llevó a cabo bajo la cobertura de los ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN. De acuerdo con el periodista, Noruega ayudó a los buzos a colocar las cargas bajo los gasoductos. Tres meses más tarde, los dispositivos fueron activados de forma remota para destruir las estructuras.
Una denuncia anterior
En octubre del año pasado, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó de “acto de terrorismo internacional” las explosiones que dañaron los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el fondo del mar Báltico el 26 de septiembre de ese año.
Durante su intervención en el Foro Internacional de la Semana Rusa de Energía 2022, que se celebró en Moscú, Putin argumentó que el propósito de las explosiones fue “socavar la seguridad energética de todo un continente” y “bloquear las fuentes de energía barata”.
En aquel momento, Putin acusó a quienes quisieron “romper los lazos entre Rusia y la Unión Europea (UE)” y “debilitar a Europa” de estar detrás de las explosiones, y apuntó a Estados Unidos y a los países con rutas alternativas de suministro de energía al viejo continente, entre ellos Ucrania y Polonia, como a los “beneficiarios” de la interrupción de los gasoductos Nord Stream.