El número de víctimas mortales en el ataque con explosivos perpetrado contra una mezquita en la ciudad de Peshawar, noroeste de Pakistán, ascendió a 92, según los últimos informes de las autoridades de la nación asiática.
Los equipos de rescate declararon que han continuado encontrando cuerpos sin vida bajo los escombros.
Más de 200 heridos fueron evacuados hacia el Hospital Lady Reading, de ellos un centenar permanece bajo tratamiento médico.
Varios testigos destacan que el atacante suicida se ubicó en la primera fila antes de detonar la carga explosiva adosada a su cuerpo en el interior de la sala de oración en el momento en que los 150 fieles hacían sus rezos.
Según medios de comunicación, el imán de la mezquita, Sahibzada Noor Ul Amin, también murió como consecuencia del hecho.
Las autoridades sanitarias declararon el estado de emergencia en el distrito de Peshawar.
También, el gobierno provincial decretó un día de duelo y estableció la alerta máxima en la capital federal, Islamabad.
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La explosión derrumbó parte del techo y de la estructura del edificio. La mayoría de los fallecidos eran agentes de policía, según el último recuento de las autoridades paquistaníes.
El ataque puede considerarse como uno de los peores atentados de los últimos años contra las fuerzas de seguridad del país.
El elevado número de víctimas se explica por la elevada afluencia a la oración de mediodía en esa mezquita, situada en el distrito de Police Lines —en el templo había más de 300 fieles— y por el derrumbe de la planta de arriba, que atrapó a muchos de los presentes bajo los escombros.
Riaz Mahsud, un alto funcionario del gobierno local, precisó a Reuters que es probable que la cifra de víctimas mortales siga aumentando a medida que se retiran los restos de los muros y del techo de la mezquita. “Hemos cortado tres vigas principales del edificio y se está intentando cortar la restante”, declaró a Reuters.
La mezquita donde se produjo el atentado es el principal lugar de culto del distrito y se encuentra en el interior de un recinto fortificado que alberga oficinas de la policía y de la unidad antiterrorista. Las autoridades afirman desconocer cómo el terrorista consiguió entrar allí ya que se trata de un sitio protegido por una valla y por puestos de control custodiados por policías.
El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, informó de que el terrorista estaba en la primera fila de la sala de oración cuando detonó sus explosivos.
“La magnitud de la tragedia humana es inimaginable. Esto es un ataque a Pakistán. La nación está abrumada por un profundo sentimiento de duelo”, dijo en Twitter el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, tras visitar este lunes el lugar de la explosión y a algunos de los heridos hospitalizados en Peshawar, acompañado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Asim Munir. “No tengo ninguna duda de que el terrorismo es nuestro principal desafío de seguridad nacional”, añadió Sharif.