El verde de Pinar del Río, el barro del tinajón camagüeyano, el rojo y negro del 26 santiaguero, el gris y bronce de las columnas de Matanzas, el azul del Caribe rompiendo el malecón habanero. El rostro de los héroes, la vida que emana de árboles y flores, el calor de un amarillo hecho sol, una Patria de colores que da nuevo sentido al blanco de una pared que dividía espacios y ahora une corazones.
Eso es, desde este jueves, un muro cubano en Venezuela. En la embajada de nuestro país en esta tierra hermana, ha nacido el Mosaico breve para una historia de Cuba, del pintor Abdusalán Terán Tasé. Un regalo, al decir del embajador Dagoberto Rodríguez Barrera, que ve la luz al calor del aniversario 128 de la caída en combate del Héroe Nacional José Martí.
Tenemos el inmenso placer de reunirnos para develar una obra nacida del amor por nuestra Patria, por nuestra historia e identidad. Aspiramos a que sea un motivo de reafirmación de nuestra cubanía. Hay que decirles a nuestros niños, con orgullo, que somos cubanos, como lo hiciera Martí en La Edad de Oro. Aquí vendremos siempre, para reafirmar nuestro compromiso irreductible con la Patria.
Al acto inaugural de la pieza muralística asistieron varios amigos venezolanos, personal diplomático y colaboradores cubanos en Venezuela. Entre cantos infantiles y añoranzas, el Apóstol volvió a ser pretexto para sentir a Cuba.
Mayo vuelve a florecer en homenajes al Maestro. Desde este jueves, los colores de Cuba, sus símbolos, su gente, dan nuevo sentido al blanco desterrado de un muro, de la pared más cubana de Venezuela.
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