Manzanillo, Granma – Contrario a la creencia de que entra por la cocina, a Melvis Moreno Madrigal y Esteban Mesa el amor les llegó acompañado de los tonos y timbres más sensibles.
Ella carismática y conversadora, él, tímido y tranquilo, desde 1983 comparten alegrías y tristezas, el andan bien juntos, el difícil camino de la vida, que les permitió fundar familia y crecer en la plenitud de los cariños.
Pícara, Melvis comenta que Esteban, llegó como el mejor premio en aquella competencia de atletismo en la que participaban y, desde entonces, es su amado.
“Treinta y tres años de unión matrimonial, tenemos un hijo 27 años y un nieto de apenas un añito, y nos va bien. A veces yo digo que sí, él dice que no, pero siempre nos ponemos de acuerdo.”
– Pero me comentaron que la atrevida fue usted…
– (La mujer sonríe por unos segundos y responde) “Por supuesto, porque era muy tímido y yo tuve que ‘atacar’. Me dije, esto es mío. El niño se llama Esteban, como su papá; el nieto es Matías de Jesús.”
– ¿De dónde sale esa voz tan bonita?
– “Sale desde el fondo de mi corazón. Canto desde pequeña, tendría unos cinco años, me gusta la música romántica porque es lo que siento.”
– Tengo entendido que usted pertenece a los proyectos que promueven los instructores de la casa de Cultura…
– “Sí. Tengo tres instructores: de música, teatro y literatura, Javier, Sucel e Ignacio. Es algo difícil porque, realmente, actuar no es fácil, es lindo, pero hay que tener para desempeñarse en un escenario en el teatro.
“Mis padres me sobreprotegieron por desconocimiento, pero cuando vine a Manzanillo comencé a rehabilitarme y agradezco al colectivo de la Asociación Nacional del Ciego (Anci) que me haya permitido hacer una vida normal: estudié, pude trabajar y conformé una familia. Uno no puede permitir que las dificultades lo agobien, de lo contrario no es nadie.”
El hombre escucha atento, como dibujando en el corazón la sonrisa de su amada y dice que la acompaña en cada uno de los proyectos: el canto, el teatro y la literatura. “Pues mira que no, Melvis no sabe, quien cocina soy yo”, y ambos sonríen a carcajadas. Esteban Mesa es el presidente de la Asociación Nacional de Ciegos (ANCI), en este costero territorio, de la oriental provincia de Granma.
“Ella es una artista. Yo tengo que guiarla, dirigirla porque, a veces, quiere hacer cosas para las que hay que tener calma, control. Me sigue a donde quiera que voy. Después de la pandemia, esta semana de equiparación de oportunidades ha sido una de las mejores.
“No solo nuestros más de 200 asociados, los demás de las otras organizaciones coinciden con nuestra opinión: hemos visto el interés y apoyo de las autoridades del Partido y el Gobierno, del Inder y Cultura. La Anci y la Revolución nos dieron la otra parte de nuestras vidas, y aquí estaremos siempre, para defenderla con pasión”, dice Mesa y la mujer toma la palabra para regalarnos el verso de una de sus poesías:
“Aunque nunca he visto el mar/Sé que es algo profundo/ Que rodea nuestro mundo/ Y lo puedo imaginar. Se llama “Intuición” y lo dediqué a todas las personas invidentes de nacimiento.
Aquí vuelven los tonos y los timbres de una pasión que les nació al hombre y la mujer desde 1983. Melvis Ramírez Madrigal y Esteban Mesa son como rosa y clavel, amantes y amigos, dama y escudero escribiendo juntos, con los trazos y luces del corazón, el más lindo de los amores: la vida.
Escuche y descargue desde nuestra plataforma de iVoox el trabajo de Roberto Mesa Matos.